El Papa Francisco emprende este domingo su noveno viaje internacional, el más largo de los realizados hasta la fecha y en el que visitará Ecuador, Bolivia y Paraguay, países que conforman "el continente de la esperanza". Y lo hace en un momento de pérdida de creyentes en la continente que lo catapultó al trono de San Pedro.
Por ello quizá el principal objetivo de Pontífice será fortalecer la iglesia, con discurso que cale en la gente de a pie. Para ello llega con una imagen fortalecida.
Desde sus épocas de arzobispo de Buenos Aires, Bergoglio siempre se sintió más cómodo junto a los sectores populares que con las viejas alianzas de las jerarquía de la Iglesia Católica y la elite de poder.
El cardenal secretario del Estado Vaticano, Pietro Parolin, señaló en una entrevista con Radio Vaticano que se trata de un peregrinaje muy deseado por el pontífice y lleno de expectativas para la Iglesia.
Señaló que para entender su importancia se debe recordar las palabras del Pontífice durante la celebración de la Solemnidad de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona del continente americano, el pasado 12 de diciembre.
Aquella vez, Bergoglio habló del "continente de la esperanza", un término acuñado por Juan Pablo II, y aseguró que de la región se esperan "nuevos modelos de desarrollo que conjuguen la tradición cristiana y el progreso civil", que aúnen además "la justicia y la equidad con la reconciliación, el desarrollo científico y el tecnológico con la sabiduría humana y el sufrimiento fecundo con alegre esperanza".
ECUADOR
La primera parada del Papa es Ecuador, cuya economía ha sido golpeada por la caída del precio del petróleo y su gobierno atraviesa una crisis política. Y el presidente Rafael Correa sabe que se expone a ser objeto de protestas en los actos públicos que realice Francisco. Por ello, dejó entrever hace unos días que preferiría no participar en estos para no hacer quedar mal al país.
"Este no es el mejor momento de Correa", le dice a Infobae Simón Pachano, coordinador del Departamento de Estudios Políticos de Flacso Ecuador:
"Se suponía que la visita del papa podía darle aire. El gobierno se ha apropiado prácticamente de la figura de Francisco y está actuando como si fuera la Conferencia Episcopal. Hay publicidad en la radio cada 10 minutos, sin exagerar, donde se expone frases del Papa que se asemejan a los planteamientos del gobierno. Aquí se considera eso una utilización, y molesta mucho".
Al margen de la utilización política de la visita del Papa, una consecuencia previsible de la estadía de Francisco en Ecuador será una revitalización en el debate público de una Iglesia que hoy no goza de un peso político que vaya de la mano con la religiosidad de los ecuatorianos.
BOLIVIA
La situación en el segundo país que visitará el Francisco es muy distinta, porque el contexto político es favorable para el presidente Evo Morales, quien tiene 70% de aprobación en las encuestas. El mandatario dio un giro hace casi dos años hacia el catolicismo, luego de una primera etapa de su gobierno en la que aprobó la primera constitución que declara laico al Estado y promovió más las religiones politeístas precolombinas asociadas a las culturas indígenas, que aún son populares en muchas partes de Bolivia.
Así lo explica el periodista y escritor boliviano Fernando Molina:
"Las relaciones entre Francisco y Evo Morales son realmente cordiales. El tono de la visita va a ser de mucha cordialidad, y el presidente va a querer beneficiarse políticamente con la fiebre que ha despertado la visita del papa aquí, que es impresionante".
Pero agrega que no todas son rosas. Las relaciones de Evo Morales con la jerarquía eclesiástica boliviana siguen siendo tensas, pese a la llegada de Francisco, debido a diferentes visiones sobre cuestiones como la democracia y derechos humanos:
"En Bolivia, la Iglesia tiene una palabra que es importante para la gente, porque es una palabra de cierta institucionalidad en un país que no tiene períodos largos de institucionalidad política. La Iglesia le da cierta continuidad a una visión más democrática, institucional, conservadora, del curso del país, pero ha perdido bastante poder, aunque ahora probablemente vuelva a recuperarlo porque las relaciones van a mejorar. Si bien hay problemas económicos y políticos, sin duda la Iglesia también va a aprovechar para estar más cerca del Gobierno, porque han estado distanciados".
PARAGUAY
En la última parada de sus gira, el Papa parece tener un contexto un poco más promisorio, aunque no exento de complicaciones. La historiadora, socióloga e ingeniera agrónoma Milda Rivarola lo explica de esta manera:
"A nivel de la gente, la Iglesia es una institución muy debilitada en Paraguay. Todavía con mucha fuerza en términos de ceremonias, cultos, pero con bastante poca credibilidad. La presencia del papa va a mejorar eso. Viene después de casi 26 años a Paraguay y puede aumentar la presencia religiosa", afirma Rivarola, y agrega que siendo una visita pastoral, la clase política paraguaya espera que no haya demasiadas críticas. "La mayor expectativa es por la atención a los pobres: se lo considera un papa más progresista que los anteriores. Hay algunas tomas de posturas respecto a los problemas de tierra, los problemas de marginación y de pobreza que podrían ser atendidos por el Papa".