Si en la Copa América del 2011 fue el uruguayo Luis Suárez, esta vez fue Eduardo Vargas quien, también con un doblete, nos deja en la misma instancia del camino, con ganas de final. Esta vez hubo una mayor ilusión, sin embargo, con un gol de empate transitorio que nos hizo celebrar pero que duró poquísimo, lamentablemente.

Y aun así, la sensación es más grata. Porque se peleó hasta el final, con un hombre menos casi todo el partido y la obligación de replantear de urgencia el planteamiento de Gareca, que estaba funcionando, una fórmula que el fútbol peruano parecía haber olvidado: orden, mucha presión y buen pie.

Pero mejor que el análisis de cualquier no-analista, como nosotros, es leer la crónica que ha escrito Ramón Besa, uno de los periodistas del diario El País que mejor entiende, lee y escribe el fútbol. Ni peruano ni chileno. Un español que vio toda esta gresca sudamericana desde el otro lado del Atlántico. Algunos fragmentos de la nota titulada "El peruano Zambrano, ídolo de Chile":

"El equipo de Gareca se batió con grandeza, personificada en Guerrero, mientras que el de Sampaoli aprovechó las circunstancias a favor para resolver el choque con dos goles de Vargas".
"Perú arrancó con un delantero menos y un defensa de más, Carlos Zambrano, que no duró ni 20 minutos en la cancha, sobre pasado por la liturgia del partido, dispuesto a dejar huella en el Nacional de Santiago."
"La inferioridad numérica desajustó el buen posicionamiento exhibido hasta entonces por Perú. La selección de Gareca tiene buen pie, ocupa racionalmente la cancha y sus futbolistas se despliegan sobre las líneas de fondo como si fueran funambulistas, artistas que juegan sobre las rayas del campo de forma artística y aseada, siempre en busca del remate terminal de Guerrero."
"[El primero] fue un gol con fórceps, como el fútbol de Chile. El balón entró llorando, poco a poco, y Vargas estaba además en fuera de juego."
"Perú, sin embargo, se negó a capitular y propuso después del descanso un partido abierto, el estadio entero pendiente de Paolo Guerrero, convertido en futbolista total, punto de apoyo para el gol en propia puerta de Medel, después de un centro de Advíncula, y decisivo involuntario después en la contra finalizada por el trallazo monumental de Vargas."
"A trompicones, los chilenos acabaron por cerrar su marco mientras los peruanos reclamaban un penalti como premio al esfuerzo de Guerrero. El mayor enemigo de Perú fue ayer su central Zambrano para suerte de Chile."


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