La escena ha sido compartida en redes sociales y muy comentada en los noticieros de varios canales de televisión durante el fin de semana: una mujer ingresó a las vías férreas de la Línea 1 del Metro de Lima para rescatar a un perro que había quedado atrapado, ante la atónita mirada de varios usuarios y de un trabajador de estación.

De acuerdo al video, al notar la presencia del can, varias personas se arrodillaron al borde del embarque para intentar coger de las patas a la mascota mientras se observa a uno de los supervisores instándolos a retroceder y reportando el incidente por teléfono. Es allí cuando la mujer, aún no identificada, ingresa a las vías férreas y pone a salvo al perro.

Pese a que muchos medios no han escatimado esfuerzos en señalar que la mujer "arriesgó su vida" para salvar al can -pese a que no corría ningún peligro debido a que ya se había pedido detener el paso de trenes cercanos-, lo que han evitado mencionar es la inacción del personal del Metro de Lima para ejecutar en el momento una simple maniobra de rescate debido a la burocracia en su institución.

A través de un comunicado en su cuenta de Facebook, la Línea 1 indicó que, conforme al protocolo, el personal de la estación ya había dado aviso para detener a los trenes, pero antes de que reciban la autorización “que garantiza la seguridad del animal y las personas en el metro”, la mujer ingresó a los rieles, pese a que ello -indican- está prohibido bajo pena de cárcel de acuerdo al artículo 283 del Código Penal. Es decir, hizo en pocos segundos lo que debió hacer el personal indicado.

La acción de la mujer ha sido catalogada por muchos como valerosa, incluso hasta por Rodrigo Fernández, vocero del Metro de Lima, aunque este también la calificó de “irresponsable” debido a que "puso en riesgo su vida" al no cumplir con las medidas de seguridad del servicio de transporte.

En declaraciones a Canal N, Fernández añadió que esta no fue la primera vez que un animal aparece en las vías del tren e instó a los usuarios a confiar en su personal que “jamás dejaría, con conocimiento de causa, arrollar a una persona o animal”. 

Ahora, sabiendo todo esto, si dicen que esta situación ya se ha dado antes, ¿es justificable que el personal de la Línea 1 del Metro esperara tanto tiempo para recibir la confirmación de su protocolo de seguridad y recién entonces rescatar al perro? ¿No bastaba con que un supervisor de la estación saltara a las vías férreas y sacara al animal? 

Y si se hubiera tratado de una persona, ¿la burocracia habría dificultado su rescate mientras se esperaba que se active el mencionado plan de contingencia? ¿Habría sido sancionado con cárcel el usuario o el trabajador del Metro de Lima que efectuara dicha acción sin la autorización correspondiente? 

Solo sabemos que, según el video del hecho, de más de 3:20 minutos de duración, una mujer resolvió en unos segundos lo que a la burocracia le habría podido tomar horas. Un problema mayor en nuestro país, si no, miremos lo que ocurre en el Poder Judicial y la gran cantidad de personas a espera de sentencia. Para reflexionar.