A fines del mes pasado estalló en Estados Unidos el escándalo de la familia Duggar: su hijo mayor, Josh, que ahora tiene 27 años, había abusado sexualmente de cuatro de sus hermanas y una niñera en 2002. Ese mismo año, Jim Bob Duggar, el padre de familia, estaba haciendo campaña para el Senado estadounidense, así que la familia hizo lo posible por ocultar la crisis, y no hay pruebas de que Josh haya recibido tratamiento posterior de ningún tipo.

El 28 de mayo de este año, In Touch publicó el informe policial que presentó la familia respecto al tema en 2006. Nunca se hizo una denuncia, y desde entonces ha pasado el tiempo de prescripción del crimen de Josh Duggar. Sin embargo, el destape del informe ha representado un crisis para la familia, que protagoniza el reality show 19 Kids and Counting ('19 hijos y contando'), en el que se hace propaganda a la forma de vida de la extrema derecha cristiana estadounidense.

El show de los Duggar ha sido cancelado por la cadena TLC (no sin antes recibir gran presión mediática por pasar una maratón al día siguiente de la publicación en In Touch), Josh Duggar ha renunciado a su puesto como lobbista en la organización Family Research Council y sus padres han dado una entrevista con Megyn Kelly en la que confirman las acciones de su hijo entonces adolescente, y que sus víctimas fueron sus otras hijas menores de edad.

Es sintomático de la extrema derecha cristiana estadounidense que sus líderes se vean involucrados en escándalos sexuales. Slate hace un recuento de algunos de los casos más prominentes de los últimos años: el año pasado salió a la luz el testimonio de una mujer que había estado involucrada en una ‘relación inapropiada’ con Doug Phillips, líder del grupo derechista Vision Forum. Phillips había conseguido controlar todos los aspectos de la vida de Lourdes Torres-Manteufel, a quien había conocido cuando ella tenía 15 años, antes de presionarla sexualmente.

También en 2014, el fundamentalista y líder del Instituto de Principios Básicos de Vida, Bill Gothard, fue denunciado por abuso sexual por más de 30 mujeres. Las lecciones de Gothard en el Advanced Training Institute (ATI), un sistema de educación casera que promueve la forma de vida del Patriarcado Cristiano, eran altamente recomendadas por la familia Duggar en su programa.

La familia Duggard, el Vision Forum y el Instituto de Principios Básicos de Vida son tres de las instituciones más importantes que promueven la sociedad regida bajos los principios del Patriarcado Cristiano y el Quiverfull, aunque no se identifican explícitamente con ninguno de los dos movimientos. Estos dos credos son versiones del conservadurismo evangélico que llevan al extremo las creencias conservadoras.

Como lo plantea en Alternet Libby Anne, una mujer que se educó en una familia bajo el método de educación casera ATI:

“Los evangélicos creen que los maridos deben ser las cabezas espirituales de sus esposas, pero en la práctica sus matrimonios son bastante igualitarios. ... Los evangélicos creen que las hijas adultas solteras deberían honrar a sus padres y escuchar su consejo, pero no esperan que siempre les obedezcan. Los evangélicos creen que los hombres y las mujeres son diferentes, y su los hijos necesitan a sus madres en la casa, pero la mayor parte de mujeres evangélicas trabajan fuera de casa. El Patriarcado Cristiano y Quiverfull simplemente llevan estas creencias a su natural --y radical-- conclusión.”

Lo que consiguen estos movimientos -y lo que los hace tan peligrosos- es criar a los hijos controlando absolutamente toda la información que les llega del mundo externo. Al no enviarlos al colegio, educándolos con métodos como el ATI, los únicos amigos que pueden tener los niños son hijos del círculo de sus padres. Los materiales de enseñanza están hechos para inculcar sistemas de creencias como el creacionismo y la superioridad espiritual de los hombres sobre las mujeres.

Los padres y madres, además, que deciden -por cualquier razón- educar a sus hijos en casa encuentran el fundamentalismo cristiano como única opción para tener un método compartido con otras familias, así que son adoctrinados para adoctrinar a sus hijos. Este fue el caso de la familia de Nicholas Ducote, cuya madre se unió al sistema ATI. Ducote se considera a sí mismo un ‘sobreviviente de la enseñanza en casa’, y ha fundado el foro Homeschoolers Anonymous, donde otras personas pueden unirse para superar el trauma de las sociedades ultra conservadoras.

Ducote considera que el caso de Josh Duggar es producto directo de su educación fundamentalista. En una entrevista con Salon, cuenta que el concepto central de la educación sexual en el ATI es la lujuria, y que esta se manifiesta tanto en el deseo sexual -pensar en sexo o masturbarse- como en el acto mismo:

“Cuando era adolescente, estaba luchando con mi lujuria y masturbándome. … eso era ‘lujuria’, era el diablo tratando de tentarme. Tenía un par de amigos con los que libraba la batalla. Uno de ellos literalmente se aprovechaba de chicas menores de edad, ese era su asunto. Esa era su lucha. Nosotros hablábamos de nuestras luchas como si fuesen iguales, como si ambos luchásemos con esa ‘lujuria’. Ese es el tipo de equivocación que se crea. Ellos han estado diciendo esto sobre Josh Duggar. No hay un concepto de que existan diferentes niveles de un pecado.”

Y es que el método del ATI no permite plantear la educación sexual como algo natural y saludable: por un lado, se predica una completa castidad antes del matrimonio -sobre todo para la mujer, que debe entregar su virginidad absoluta como regalo a su esposo-; por otro, la mujer pasa de ser tutelada por el padre a ser tutelada por el esposo, de forma que el abuso y la dominación económica, sexual y psicológica son centrales en el sistema educativo de estas sociedades.

Vyckie Garrison, una mujer que abandonó la sociedad Quiverfull después de 16 años de matrimonio y de tener siete hijos, compara el sistema educativo ATI con la Rueda del Poder y el Control de Duluth: sin llegar a ser amenazada ni golpeada por su esposo, Garrison estaba económica y socialmente aislada y sentía que no había ninguna alternativa a su estilo de vida.

A través de fachadas como la ‘perfecta’ familia Duggar, los movimientos Christian Patriarchy y Quiverfull ofrecen una cosmovisión holista que da respuestas aparentemente simples a un mundo complicado. Criando a los hijos en casa, las mujeres crecen sin saber que existen otras posibles formas de vida, y los hombres aprenden que el orden natural los pone por encima de las mujeres. Bajo estas premisas, es posible crear comunidades completamente desconectadas de la realidad en las que la máxima aspiración común es la cristianización del mundo.

Funcionando sin ninguna supervisión legal, sobrecargando a las niñas de trabajo doméstico, reprimiendo sexualmente a los -y las- adolescentes, privando a las mujeres de aspiraciones que ni siquiera pueden saber que tienen, estos extremistas estadounidenses son prueba viviente de que no solo el catolicismo y el Islam son capaces de pervertir el significado de la religión.



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