Ya lo mencionamos, pero es importante recalcarlo: Evo Morales lideró la recaptura del dos veces prófugo Martín Belaunde Lossio en solo cuatro días, mientras el presidente peruano, Ollanta Humala, nunca dijo nada. Nada de nada. Como casi siempre. 

Una lástima que sea así, pero bien por Bolivia que -para pesar de todos sus detractores- ha dado un ejemplo de funcionamiento preciso del Estado y de verdadera autoridad por parte de su presidente. Carlos León Moya resume bastante bien (y con humor) el caso. Pero repasemos paso a paso qué hizo Bolivia y qué no hizo el Perú:


1. Bolivia admitió el error en dejar escapar a Belaunde Lossio: apenas horas después de la anunciada fuga (el domingo, muy temprano), el ministro de la Presidencia, Juan Ramón Quintana, reconoció que hubo negligencia y "presunta complicidad" de sus custodios.

¿Y Perú? Nunca reconoció error alguno. Incluso, el ministro de Justicia, Gustavo Adrianzén, dijo no sentir que se le había escapado (¿?).

2. Cayó un ministro boliviano por el escándalo: Hugo Moldiz, ministro de Gobierno (equivalente al del Interior), renunció por la vergonzosa huida de Belaunde Lossio. No duró ni un día. 

¿Y Perú? Bueno, aquí, José Pérez Guadalupe dio versiones contradictorias y ni por asomo cuestionó su continuidad en el cargo. Claro, si ni siquiera sus idas y venidas por el caso Tía María lo pusieron en aprietos, menos por esto, ¿no?

3. Evo Morales habló fuerte desde el inicio: el presidente boliviano nunca se escondió. Convocó a una conferencia de prensa, también admitió errores, y hasta llamó "delincuente confeso" a Belaunde Lossio.

¿Y Perú? Bueno, a Humala nunca lo escuchamos. Puro silencio.

4. Bolivia ordenó un efectivo despliegue policial y militar: rápidamente cerraron las fronteras en Perú y Brasil y cercaron al prófugo. Y las acciones de inteligencia funcionaron, pues lo encontraron cerca de Brasil, escondido debajo de una cama.

¿Y Perú? Solo envió una comitiva encabezada por el ministro Adrianzén y el procurador Joel Segura, que, para decirlo claramente, no hicieron NADA. Solo declaraciones en las que se lavaban las manos y negaban retrasos en la extradición. Ya, hermanito.

5. Atraparon a Belaunde Lossio y Evo Morales lo llevó del cogote hasta la frontera: esto no es un show, sino un mensaje claro de liderazgo. A diferencia del operativo peruano, el boliviano sí tuvo efectos. Y el propio presidente condujo al empresario hasta Desaguadero y lo entregó, como diciendo "llevátelo de una vez de acá".

¿Y Perú? ¿Y el premier Cateriano? ¿Y Ollanta Humala? Solo preguntas, cero respuestas. Porque ni siquiera brillan por su ausencia. Son pura opacidad.


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