En noviembre de 2014, poco más de medio año de la muerte de Gabriel García Márquez, la Universidad de Texas adquirió el archivo personal del premio Nobel colombiano que era conservado en su residencia de México DF. El material estaba conformado por decenas de miles de papeles, fotografías y tres computadoras personales. 

Hoy se ha dado a conocer el monto que tuvo que pagar dicha institución: fueron 2,2 millones de dólares. La universidad en un principio había decidido no revelar la cifra, ya que se reducía su margen de negociación para futuras adquisiciones.

Sin embargo, la información fue difundida gracias a la agencia Associated Press, la cual solicitó el dato amparándose para hacerlo en las leyes de transparencia que rigen en Texas. La fiscalía del estado le dio la razón.

El archivo, que llegó a Austin el 16 de diciembre pasado, se podrá consultar una vez haya sido catalogado, quizá a finales de este año. Su nueva ubicación será el centro Harry Ransom de humanidades del campus universitario.

Los familiares de García Márquez indicaron en su momento que la transacción no fue motivada por un interés financiero, sino porque confiaron en el prestigio del centro Ransom en lo que respecta a conservación y catalogación de manuscritos.

Entre los otros autores cuyos archivos se hallan allí, están Norman Mailer, J. M. Coetzee, Don DeLilllo, James Joyce y Arthur Miller.


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