Una vez más Alan García quiso hacer gala de su 'muñeca política' y buscó subirse a un coche al que nadie lo invitó. Durante semanas fue metiendo -según él, bien 'caleta'-, su cuchara en el tema que estaba convencido podría traerle réditos políticos: la #LeyPulpín.

Después que el domingo publicara un pronunciamiento pidiendo 'la unidad democrática' en el país, esta tarde tras la derogatoria de la norma que durante casi dos meses dividió a la política y a la sociedad civil, no tuvo mejor idea que tuiter esto.

Reaccionó rapidito, como en el tema de La Haya, para que nadie le ganará la 'primicia'. Buscó ser visto como el respaldo de todos aquellos jóvenes que exigieron el respeto a sus derechos en las calles. Los amigos de El Panfleto fueron los primeros en 'ubicarlo'.


Ay, eso de ir por lana...



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