Soy de los que considera a Soda Stereo como una de las bandas más importantes del rock, del pop, de Latinoamérica en toda su historia. He estado en algunos de sus conciertos; tengo casi todos sus álbumes oficiales y en concierto, los he disfrutado cada uno en su momento, y sus canciones son la banda sonora de parte de mi vida.
Como leyendo el librito del CD

Hace treinta años empezaba a circular el primer álbum de Soda Stereo, en el país casi nadie se enteraba, para nuestros referentes inmediatos: los medios, el rock en español era una excepción, muy pocos programas radiales nos demostraban que eso no era así.  

Algunos tuvimos la fortuna de descubrir mucha música gracias a los coleccionistas -amigos o no-, a los vendedores callejeros de discos y a las revistas extranjeras donde encontrábamos direcciones domiciliarias de chicos afanosos –como nosotros- en otras partes del continente dispuestos a intercambiar comunicación y música.

En el verano de 1985 recibí el envío, desde Buenos Aires, de un casete de 90mns. Reunía algunas de las bandas que estaban revolucionando su escena musical, Virus, Sumo, Los Violadores, Los Twist y Soda Stereo –en su caso, canciones de su primer LP homónimo editado en agosto de 1984-.

“Soda Stereo”, 1984

Durante los dos siguientes años, la mayoría de las canciones del primer álbum de Soda se iban a suceder una tras otra en el gusto popular. Amigos punkekes o amigos troveros despreciaban ese disco supuestamente superficial o plástico; a mí me gustaba, es más, es uno de mis discos favoritos del trío. Lo bailé harto y me causaba gracia sus letras.    

Es un disco compacto donde al menos la mitad de los temas son buenos no solo en el recuento musical del trío sino del rock de Argentina de esa mitad de década e incluso del rock en español en su conjunto. Y se convirtieron en clásicas del trío, al menos, en los 80s. Un mérito también de su productor, el inolvidable Virus, Federico Moura.  

De las once que contiene el álbum, me quedo, en orden de preferencia, con las siguientes canciones: “Mi novia tiene bíceps” (Cerati, Bosio, Alberti), “Te hacen falta vitaminas” (Cerati, Zeta Bosio), Trátame suavemente” (Daniel Melero), “¿Por qué no puedo ser del jet-set?” (Gustavo Cerati, Charly Alberti) y “Sobredosis de T.V.” (Cerati)... pero mi favorita era/es una composición de Cerati, donde el trío acercaba, como jugando, el ska, el reggae, el rocanrol, a las masas; ¿quién imaginaría que se podía hablar de telekinesis en una canción pop? Ellos decían: “Aumentan decibeles que quiebran las paredes / saltemos todos, con tanta fuerza, con tanta electricidad” y un continente estalló…

“Nada personal”, 1985

Soda Stereo empezó a ser más considerado por la crítica con su segunda entrega discográfica. Así veía como esos amigos punkekes y esos amigos troveros que despreciaron el primer LP le ponían atención a la banda con su nuevo disco. Yo sentía que solo se consolidaban pues consideraba que el primero había sido un buen debut.     

De las diez canciones que contiene el álbum, me quedo, en orden de preferencia, con las siguientes: “Juego de seducción” (Cerati), Ecos (Cerati), “Nada personal” (Cerati), “Danza rota” (Cerati) y “El cuerpo del delito” (Cerati, Bosio)… pero mi favorita era/es una composición de Cerati donde el trío “se salía de sus casillas” y fusionaba el rock, el ska, y la música andina. “Hay una grieta en mi corazón / un planeta con disolución…”. Aún ahora y más que nunca.


“Signos”, 1986

El tercer álbum de estudio del grupo argentino, producido por ellos mismos, es considerado por un buen sector de la crítica como el segundo mejor álbum de la banda, después de “Canción animal”. La revista “Rolling Stone” lo sitúa en el puesto nº 25 de los mejores álbumes del rock argentino.  

Recuerdo que tras escucharlo las primeras veces lo encontré como una de las cumbres de un “nuevo rock argentino”, pensé que habían puesto alto el listón, no sabía cómo lo superarían. Creo que tuvieron el tino necesario para colocar una canción adecuada después de otra, a lo largo del LP. Comprendí que no era necesario hacer un álbum de 10 ó 15 canciones para justificarlo.

De las ocho que contiene el álbum, me quedo, en orden de preferencia, con las siguientes canciones: “Prófugos” (Cerati, Alberti), “Signos” (Cerati) –dato curioso: La cantante de metal sinfónico Tarja Turunen, ex vocalista de la banda finlandesa Nightwish, interpretaba la canción durante su gira WLB World Tour-, “El rito” (Cerati) y “Persiana americana” (Cerati, Daffunchio)… pero mi favorita era/es una composición de Cerati donde el trío se ponía más post punk que nunca, un tema oscuro que se convirtió en mi himno personal… “Alguna vez fue que planeamos / hacernos todo el daño de una vez / dictando una sentencia desafiante / no existes / no existes / no existes / no existes”.

“Ruido blanco. Soda Stereo en vivo”, 1987

El disco se fue armando, de a pocos, con el material grabado en los distintos puntos del continente por donde pasó la banda en su segunda gira, la que comprendió: Perú, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile, Colombia, Venezuela, Panamá, Costa Rica y México. 22 conciertos en 17 ciudades frente a casi 350.000 personas. La revista “Rolling Stone”, edición argentina la consideró como el 5º entre los mejores álbumes en vivo del rock argentino.  

A mí no me satisface, siento que no salió redondo como debió ser, en suma, un registro en vivo de uno de los mejores momentos de la banda, y no sé porque. Para que tú mismo saques tus conclusiones lo comparto completo:

“Doble vida”, 1988

Conquistada buena parte del continente de habla hispana, la banda pensó en incursionar en el mercado norteamericano por ello hicieron un disco negro: funk, soul, disco music y hasta hip hop, el cual estrenaron en New York.  

El productor elegido para el disco fue el puertorriqueño Carlos Alomar, quien acababa de dejar a David Bowie, tras una labor de una docena de años. Quería experimentar con un proyecto distinto, y el hecho de trabajar con una buena banda latina, que cantaba en español, le sedujo.

No me convenció la labor de Alomar... creo que fue sobrecargada su producción. Es el disco que menos me gusta de Soda… pero no lo considero malo. Tras "Signos" creí que la banda se orientaría más hacia el post punk, no imaginaba que hicieran un disco newyorkino como lo definió Cerati, tan lejano de lo que escuchábamos en esa época en Lima, pero, claro, es una apreciación personal. 

Elegiría “En la ciudad de la furia” pero quiero reservarlo para después. Optó entonces por otra de las mejores canciones del Cerati ochentero… “Un señuelo / hay algo oculto en cada sensación / ella parece sospechar parece descubrir en mi /que aquel amor / es como un océano de fuego / oh mi corazón se vuelve delator / la fiebre volverá de nuevo”.


“Canción animal”, 1990

Anota la historia que este disco es considerado por la crítica como uno de los discos más importantes y emblemáticos en la historia del Rock en Español, apareciendo en el top 10 en múltiples listados de los mejores álbumes latinos de todos los tiempos, y en varios, figura como primero. 

También es considerado por muchos como el mejor álbum de la banda o al menos uno de los tres mejores. ¡Asu!

Lo primero que recuerdo del tiempo en que salió este disco fue que celebrábamos con los amigos encontrar a un Soda Stereo más rockero que nunca. Encontraba que Cerati evolucionaba con la guitarra, él era el principal culpable que el disco saliera tan fibroso, tan directo; el disco era una excelente manera de cambiar de década, un adelanto al potente rock que se escucharía en la primera mitad de los 90s.

De las diez canciones que contiene el álbum, me quedo, en orden de preferencia, con las siguientes: “De música ligera” (Cerati, Bosio), “Canción animal” (Cerati, Melero), “Sueles dejarme solo” (Cerati), “Hombre al Agua” (Cerati, Melero)… pero mi favorita era/es una composición de Cerati donde lo encontramos más sensible que jamás… “no hay nada mejor / que casa”.  

“Dynamo”, 1992

En la navidad de 1992 recibí de regalo el casete del álbum más osado de Soda, fue el último envío de ese amigo que años atrás me diera a conocer a la banda en una cinta recopilatoria. No sé porque recuerdo frío el verano del 93, desgastando en mi “bunker” ese casete, lo escuché, a todo volumen, tantas veces que llegué a malograrlo.    

Y es que “Dynamo” era una marcianada, no sólo en la discografía de Soda, sino en la del rock en español hasta ese entonces. Yo lo celebraba en una época de cierto aislamiento social, celebraba que la banda no le importara su exitosa trayectoria sino lo que deseaba hacer en ese momento. Sentía que entrabamos a otra década con ese álbum básicamente shoegaze, medio experimental, medio psicodélico, delirante. ¡Aprendí a bailar solo con Dynamo!

De las diez que contiene el álbum, me quedo, en orden de preferencia, con las siguientes canciones: “Primavera 0” (Cerati), “En remolinos” (Cerati), “Nuestra Fe” (Cerati, Melero), “Fue” (Cerati), “Toma la ruta” (Cerati, Bosio, Melero)… pero mi favorita era/es una composición desmadrada de los tres amigos bonaerenses donde dejaban el resto y, claro, como no podía ser de otra manera, cerraba el disco. Atemporal que aún ahora suena actual: “Son las seis / tus relieves me despiertan /después de tanto / descansar / tiempo al tiempo de volver / a celebrar.


“Sueño Stereo”, 1995

El último disco de Soda quizá fue el más esperado, en solo dos semanas se convirtió en disco de platino. Hay quienes los consideran una obra maestra o uno de los más importantes discos del rock latino y en español y uno de los mejores, más exitosos y más importantes tanto de la historia de la banda como del rock latino. Nada menos. 

Lo cierto es que al ser tan variado, no le cogí la onda de inmediato, tuvieron que pasar unos meses para ello. Comprendí que su valor justamente residía en su diversidad, por ejemplo tenía de progresivo como de electrónico y eso no se encontraba en la escena latina.

Los temas que elijo, en orden de preferencia, son: “Ella usó mi cabeza como un revólver” (Cerati, Bosio, Alberti), “Disco eterno” (Cerati, Bosio, Alberti), “Efecto doppler” (Cerati), “Planta” (Cerati, Bosi), y sobre todo uno que me suena, no sé porque a cierre, a final…

“Comfort y música para volar”, 1996

Esperábamos el MTV Unplugged de Soda Stereo pero éste no se producía porque el trío no quería desenchufarse del todo, finalmente la banda y la cadena norteamericana llegaron a un acuerdo: Lo haría eléctricamente pero modificando sus piezas clásicas. Y así fue. 

En este caso no deseo elegir algunas canciones porque el disco en sí es una obra que se aprecia mejor en su totalidad, para efectos de esta compilación de la banda elijo sí un tema que reúne a las dos voces más notables del rock latinoamericano… No, una de ellas, no es la de Shakira.

Soda Stereo: El último concierto, 1997

El primer final de Cerati llegaba en 1997. Soda decía adiós. 10 años después, una nueva gira de la banda dejaba a ese adiós como un hasta luego, sin embargo en su momento, la sensación era tristeza, el mundo seguía girando y ese final significaba para unos el fin de una adolescencia y para otros, el de una juventud. 

Bonus track: Me Verás Volver (2007)

¿Qué decir? Soda Stereo demostró diez años después de su “primer final” estar como en sus mejores momentos. Inclusive, creo que medio lustro después de esa última gira, el trío pudo haber regresado… mejor que nunca. Charly Alberti lo sugirió. Yo no tengo dudas.