Gritó. Usó frases cortas. Golpeó a todos sus rivales diciendo que lo difaman. Llevó a una mujer a la que tildó de "humilde de economía, pero con el alma muy grande", quien repitió la palabra "escaleras" unas 20 veces en los segundos de su participación. Castañeda, efusivo e iracundo, afirmó que no está enfermo. Entonces ¿por qué faltó al debate, no mostró sus propuestas y a la justas dio la cara? ¿Por qué esperó que el JEE le pusiera la soga al cuello para recién dar un mensaje público? Las credenciales democráticas no existen en el hombre de amarillo.

¿Se le hundirá el barco? el jne tiene la pelota en su cancha. 

El equipo de marketing político de Castañeda la tiene muy clara: no hay que debatir propuestas -tal vez porque no las tienen-, pues hacerlo implica un trabajo técnico de años. El objetivo es claro y malévolo: luchar para que el hombre que orquestó la revocatoria contra Susana Villarán impacte lo más que pueda en los ciudadanos menos informados, que ven la televisión como oráculo de la verdad. Que impacte, que hablen de él, que esté en el imaginario popular rondando y recordar las escaleras, los hospitales construidos en su gestión y no por las denuncias que le asoman por lavado de activos y crear empresas fantasmas cercanas a narcotraficantes.

"Por la democracia, por la voluntad del pueblo, le decimos al Jurado Nacional de Elecciones que no hablamos con medias tintas, no agachamos la cabeza y sabemos lo que es el derecho y hacemos respetar la voluntad del pueblo con el sol de Solidaridad Nacional", gritó Castañeda un tanto desesperado, atropellando las palabras al punto de hacer difícil esta transcripción, mientras las decenas de simpatizantes sentados gritaban en coro el lema del partido del sol. 

La estrategia

Así pues, Castañeda gritó, se molestó y su mirada parecía preocupada. Las causas vienen desde semanas anteriores: bajar un poquito en las encuestas, denuncias que vinculan al candidato con narcotraficantes, cobros indebidos como presidente regional, además de sentarse en las reglas del juego democrático de la elección son factores que han golpeado a Luis Castañeda, que ahora se ve en aprietos y tiene tres días para poner todo en regla. Sabemos que es difícil que lo tachen por el poder político del candidato, aunque de todas formas es positivo el trabajo del JEE para que no se pase de vivo. 

Siguió Castañeda en ese tono, envuelto en una casaca roja, y utilizando solo la emoción como estrategia clara de marketing político: 

"Nadie nos va a amedrentar. No le tenemos miedo a nadie porque mañana desde los cerros, desde el llano, les diremos a los que quieran asustarnos que aquí estamos bien plantados, saludables, y le diremos al JNE que no me van a hacer ningún favor y que aquí está la ley porque tenemos la razón", enfatizó bajo el aplauso de su gente. 

Castañeda, reincidente en el mismo error y certificado por el JNE dos veces, tiene tres días para fundamentar que no mintió en su hoja de vida. ¡Qué difícil la tiene!

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