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Perdida en Cisjordania

Scarlett Johansson ha abandonado su rol de embajadora de Oxfam luego de verse implicada en una polémica relacionada con el conflicto palestino-israelí.

Publicado: 2014-01-30

La actriz estadounidense Scarlett Johansson ha abandonado su rol de embajadora de la organización Oxfam Internacional luego de la ola de críticas desatada por su decisión de participar en una campaña publicitaria para SodaStream, la compañía israelí de bebidas gasificadas cuya fábrica opera en el asentamiento de Ma'ale Adumim, situado en la franja de Cisjordania, cerca de la ciudad de Jerusalem.  

Este es el clip en el que se origina la polémica:

En un comunicado emitido el día de ayer, el vocero de la estrella de The Avengers afirmaba que Johansson "ha decidido respetuosamente poner fin a su papel de embajadora de Oxfam después de ocho años" pues tiene con la organización "una diferencia fundamental de opinión en cuanto al movimiento de boicot, desinversión y sanciones” (BDS), al que se adhiere Oxfam, un movimiento que rechaza todo comercio con asentamientos judíos en esa zona, sosteniendo que son ilegales y que niegan derechos a los palestinos. 

Efectivamente, los asentamientos israelíes están construidos sobre tierras ocupadas durante la Guerra de los Seis Días que enfrentó a Israel con una coalición árabe formada por la República Árabe Unida —denominación oficial de Egipto por entonces—, Jordania, Irak y Siria en junio de 1967; desde el punto de vista del derecho internacional, recogido por los estándares de la Convención de Ginebra, el Estatuto de Roma y la Corte Internacional de Justicia, no hay lugar a duda: estos asentamientos, que incluyen parques industriales como el de Ma'ale Adumim, han sido desarrollados por Israel fuera de las normativas internacionales.

Johansson en su rol de embajadora de Oxfam.

En respuesta a las críticas, Johansson dijo la semana pasada que era "partidaria de la cooperación económica y la interacción social entre un Israel democrático y Palestina." Aunque esta posición resulta inaceptable para la organizaciones de activistas pro-palestinos conectadas con Oxfam, vale la pena notar también que SodaStream no representa precisamente el modelo típico de una empresa imperialista y explotadora. En realidad, emplea a centenares de trabajadores palestinos en condiciones bastante más favorables que las que obtendrían en una firma similar en Palestina. 

Por otro lado, su director Daniel Birnbaum ha hecho noticia por haber puesto en valor y defendido el aporte de sus empleados árabes en una ceremonia llevada a cabo en la propia casa del presidente israelí Shimon Peres. Por esas razones, Johansson ha afirmado también que "Sodastream es una empresa que no sólo está comprometida con el medio ambiente, sino con la construcción de un puente para la paz entre Israel y Palestina."

Ahora bien, no podemos dejar de tomar en cuenta que la existencia de la fábrica es únicamente posible en virtud del uso ilegal de la fuerza por parte del gobierno de Israel, y que por otro lado la sola existencia de esta firma en territorio ocupado, por más correcto que sea el trato con sus empleados, vuelve finalmente imposible la creación de un estado palestino contiguo, contribuyendo así, directa o indirectamente, a la opresión que vive el pueblo palestino, como hoy anota el comentarista Khaled Diab en el diario israelí Ha'aretz.

Finalmente, más allá de este tema, el incidente protagonizado por Johansson ha vuelto a poner en el centro de las discusiones de los últimos días la pertinencia misma de la estrategia seguida por los defensores del movimiento de boicot, desinversión y sanciones. Para estos activistas, la ruptura de Johansson y Oxfam ha sido interpretada como una clara victoria; sin embargo, sectores pro-israelíes consideran en cambio que la decisión de Johansson de no abandonar la marca SodaStream luego de la encendida polémica no hace más que darles la razón. 

Más allá de la dimensión ética que se encuentra detrás del movimiento, esta ambigüedad finalmente contribuye a poner en duda la eficacia de estos esfuerzos de aislar económicamente a Israel como un modo de ponerle un punto final a la ocupación. 

Dicho esto, resulta de todas formas importante notar que de no haber sido por la participación de Johansson en esta campaña publicitaria, difícilmente este tema habría captado la atención de tantas personas en todo el mundo, por lo que podemos esperar desarrollos ulteriores de esta polémica. Lo cierto es que a estas alturas, resulta aún difícil saber cuál será el desenlace de esta historia.


Escrito por

Alonso Almenara

Escribo en La Mula.


Publicado en

Redacción mulera

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