Hoy, martes 28, y mañana, miércoles 29, se lleva cabo la segunda cumbre de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños) en La Habana, Cuba, ha sido interpretada como un determinante gesto de apoyo al gobierno de Raúl Castro de parte del resto de naciones del continente. De los 33 países miembros, 32 jefes de Estado han confirmado su presencia. También asistirán los secretarios generales de la ONU, Bam Ki-Moon, y de la OEA, José Miguel Insulza.  

Los mandatarios de las principales naciones de la región (Brasil, Argentina, México, Perú, Chile, entre otros) no solo han aceptado asistir a la cumbre, sino que también más de uno de ellos intentará reunirse con el histórico líder de la revolución cubana, Fidel Castro.

Como se recuerda, uno de los principales impulsores de la conformación de la Celac fue el extinto presidente venezolano Hugo Chávez, quien la ideó en 2010, como una entidad que le hiciera frente a la OEA (Organización de Estados Americanos). En la Celac están excluidos solo Estados Unidos y Canadá.

La resolución de los problemas sociales que aquejan al continente y la autonomía de la región frente a poderes extranjeros son los principales ejes sobre los que se desenvuelve la Celac.

La presencia de la OEA

Pese a que en 2009 fue levantada la prohibición para que Cuba se integre a la OEA, luego de que en 1962 se la suspendiera por tratarse de un Estado comunista, la isla ha optado por no aceptar sus condiciones. Y es que una de las normas que rigen a esa organización es el requisito de que participen en ella solo democracias representativas. John F. Kennedy, presidente de Estados Unidos en ese entonces, fue el principal promotor de la medida.

Por tal motivo, la invitación extendida a Insulza ha llamado la atención. Sin embargo, se trataría de una conducta protocolar antes que una señal para querer retornar.

La resistencia de Cuba surge porque considera que la OEA, que tiene su sede en Washington, se halla bajo el control de Estados Unidos y, por lo tanto, vendría a ser, no un mecanismo de integración, sino de sometimiento.

La apertura de Cuba

En los últimos meses, desde mediados del año pasado, el gobierno de Raúl Castro ha tomado una serie de decisiones para reducir las distintas restricciones que mantenían a nivel económico. Entre ellas figuran la autorización de la compraventa de inmuebles, el mejoramiento de las condiciones para el trabajo independiente, la eliminación de la doble moneda y la liberación de la venta de autos nuevos.

Asimismo, la ruta seguida por su diplomacia ha permitido que se estrechen lazos con sus aliados ideológicos —Brasil, Venezuela, Bolivia y Nicaragua—, así como también recuperar un mayor grado de relevancia en la región. México le ha condonado la deuda en un 70%, y Colombia y las FARC tienen en la isla el sitio para negociar la paz.

La oposición reacciona

La semana pasada, en Miami, en la sede de la Universidad Internacional de la Florida, exiliados cubanos y opositores de Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua alzaron su protesta contra la celebración de la cumbre de la Celac. El evento, que parte de la prensa internacional ha calificado como una “contracumbre” ha tenido entre sus participantes a Ofelia Acevedo, viuda del opositor cubano Oswaldo Payá. Sus organizadores lamentaron que los secretarios generales de la ONU y la OEA asistan a La Habana.

Amnistía Internacional (AI), por su parte, ha emitido un comunicado en el que denuncia la actitud de las autoridades cubanas, pues varios representantes de la disidencia han sido capturados arbitrariamente en los últimos días, o se los ha obligado a que no participen de eventos privados paralelos a la cumbre.

“La Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional ha registrado 43 casos de personas detenidas por breves periodos de tiempo entre el 23 y 26 de enero. Otras cinco han sido puestas bajo arresto domiciliario. Al menos 18 han sido advertidas por las autoridades de no viajar a la capital cubana.”, afirma la nota de prensa de AI.

Pero no solo se trata de controlar a los distintos actores políticos de la isla. La bloguera Yoani Sánchez, una de las voces que mayor recelo provoca a las autoridades cubanas, ha narrado el proceso de “maquillaje” que ha vivido La Habana en los días previos a la cumbre. Desde “pintores de brocha gorda que colorean las paredes agrietadas y ennegrecidas” hasta “pordioseros [que] están siendo recluidos hasta que pase la Cumbre”.