Jorge Tarud es un diputado chileno del Partido por la Democracia -de raíces socialistas y aliado de la presidenta electa Michelle Bachelet- que se caracteriza por un tufo antiperuano en sus declaraciones. Siempre se ha mostrado hostil a la demanda peruana presentada contra Chile en La Haya. 

Hace poco más de un año, tuve la oportunidad de entrevistar a Tarud en su casa de La Dehesa, uno de los barrios más exclusivos de Santiago. Me llamó la atención que contara con una peruana como trabajadora doméstica desde hace varios años. "Para que vean que no soy antiperuano como dicen, además cocina muy rico", me explicó entre risas.

Si bien el canciller chileno Alfredo Moreno ha rechazado las declaraciones de Tarud en las que deslizaba la posibilidad de que el fallo de La Haya se filtrase en el Perú, lo cierto es que existe una insoslayable preocupación por lo que pueda decir la sentencia de la Corte Penal Internacional el 27 de enero.

El presidente Sebastián Piñera se ha reunido con líderes políticos de distintas tiendas, incluso con su próxima sucesora Michelle Bachelet, y ha confirmado que se respetará el fallo. 

El nivel de especulación sobre un fallo adverso a los intereses chilenos ha destapado reacciones de todo calibre. 

“El 27 de enero en la mañana, lo que se verá será a todos en Perú celebrando y aquí en Santiago dando explicaciones”, es una frase que circuló en un reportaje publicado en "El Mostrador". 

"Se dice que en las altas esferas del gobierno de Piñera que la resolución a la interpretación de los tratados de 1929, 1952 y 1954 no será nada auspiciosa para Chile. En el edificio Carrera, sede de la Cancillería chilena, se barajan los peores escenarios y la forma en que se paliará el efecto del fallo", sentencia el diario electrónico chileno.

La publicación explica que se analizan todos los escenarios a partir de la decantación del fallo. Se especula la complejidad de responder cómo, cuándo y en qué plazos se implementará la sentencia.

Para el analista político chileno Patricio Navia los chilenos se están preparando para un escenario desfavorable. "Para Chile es mucho más importante mantener su reputación como un país serio que ponerse a pelear con el Perú por un pedazo de territorio marítimo. Si Chile no hubiese querido acatar el fallo, simplemente no hubiera aceptado ir a La Haya", dijo Navia.

Lo cierto es que tras el fallo de La Haya aparecerán otros escenarios noticiosos en la realidad chilena. La presidenta Bachelet dará a conocer los nombres de sus ministros con los que asumirá el gobierno en marzo. Y, por si fuera poco, ya a partir de abril los chilenos tendrán puesta la cabeza en la actuación de su selección de fútbol en el Mundial de Brasil en junio.