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"El capitalismo se ha apoderado del fútbol y le ha impuesto sus valores"

Ángel Cappa afirma que el negocio está haciendo con el fútbol lo mismo que con el resto de los trabajadores

Publicado: 2014-01-13

“Contra todo, contra todos” fue una de las primeras frases de Ángel Cappa cuando declaró ante la prensa apenas terminado el partido con el que la 'U' campeonaba en el Apertura 2002, con él en la direción técnica. Luego, cuando publicó ¿Y el fútbol, dónde está? Le dedicó una sección a Carlos 'Kukín' Flores, quien lo dislumbró. Con la San Martín no le fue bien, pero siempre los hinchas lo recordamos como un entrenador que quiso cambiar la forma de organizar el fútbol peruano. 

La revista española Líbero acaba de entrevistarlo sobre el fútbol profesional, el fútbol como negocio y a las investigaciones en torno a las denuncias de que en el fútbol español es una burbuja defendida por los poderes públicos. 


Tiene una dilatada trayectoria internacional. ¿Es excepcional lo que ocurre en España con el apoyo público a los clubes?
He pasado por Argentina, México, Perú incluso Sudáfrica y quizá no haya visto publicidad institucional en las camisetas pero sí apoyo de los poderes públicos o al menos, una mirada amable con los clubes. En Argentina, de hecho, los clubes le deben dinero a medio mundo, incluidos a los profesionales, y siguen fichando jugadores y funcionando con una actividad normal. Deberían estar cerrados con esas deudas y desaparecer.
¿Cómo hemos llegado a esta situación?
Desde hace mucho tiempo el fútbol se lo han quitado a la gente y se lo han dado al negocio. El capitalismo se ha apoderado del fútbol y le ha impuesto sus valores. A la gente se la ha echado de los estadios con precios de entradas prohibitivos y con el pago en la televisión. Ahora el fútbol, que nació en los barrios porque es el deporte más barato que existe, se ha convertido en un juego, ya no un deporte, de élites que para la gente sigue siendo su pasión, su sentimiento. Todavía hay quien llora cuando su equipo pierde.
Dice el chef David Muñoz, del restaurante Diverxo, que vale lo mismo cenar en su restaurante estrella Michelin que ir a ver el fútbol. ¿Se ha convertido el fútbol en ocio elitista?
Están jugando con el sentimiento de la gente cuando viene el Barcelona a un campo y ponen la entrada a 150 euros. La gente no va a comer pero va a ir al estadio a ver a su equipo jugar contra el Barcelona. Lo estamos viendo también con el mundo de la cultura y con todo. Se han apoderado de nuestra vida. La televisión impone el horario, el partido, el calendario. Pero si hay fútbol todos los días.
¿Cuáles son los valores neoliberales aplicados al fútbol profesional?
Hay que tener un beneficio rápido a costa de lo que sea. Se llama especulación cuando se echa a un entrenador a los cinco partidos. Y ya no asombra a nadie que lo echen tan rápido. Parece que hay que ganar o ganar y hacerlo ya. No podremos nunca entender el fútbol como si se tratara de una empresa. Las empresas están tratando con desprecio a la gente y el Gobierno hace lo mismo cuando está diciendo: hay que hacer esto que va a joder a la gente pero es por el bien de España. Pues si hay que joderse por España, yo no soy España. Pues pasa lo mismo con el fútbol. No hay respeto por nada.
Aunque los clubes pequeños ganen mucho menos, sus dueños gestionan ingresos televisivos de entre 10 y 20 millones anuales ¿Puede que haya mucho ladrón entre los dueños de los clubes?
Los clubes no pueden competir con esos ingresos porque del segundo al tercero hay una diferencia de 100 millones de euros que si lo multiplicas por cinco años es una diferencia enorme. Por eso, los clubes pequeños se endeudan para intentar comprar jugadores con los que ganar algún partido. El negocio está haciendo con el fútbol lo mismo que con el resto de los trabajadores. Ya no se negocia en colectivo. El Rayo Vallecano tiene que negociar los derechos televisivos de manera individual. ¿Qué va a negociar?
¿Por qué no hablan otros entrenadores o jugadores de esto?

Nunca me callé y a veces he pagado un precio por ello. Tampoco mucho. Ahora que estoy casi del lado de los jubilados no me voy a callar. Nunca tuve representante. Recuerdo que cuando estaba en el Real Madrid me hicieron una encuesta junto con otros 100 españoles destacados. Al estar en España me consideraron español y como estaba en el Madrid pues destacado. Me preguntaron si creía que Felipe González conocía lo que hacían los GAL. Respondí: ¿Es una broma? ¿Cómo no va a conocer un presidente del Gobierno algo como el GAL? Pues el club, a través de una tercera persona, me dijo que yo estaba representando a una institución… Yo les dije que yo me represento a mí mismo y que si querían que me callara que me dieran una orden por escrito.


Foto: El Bocón


Escrito por

ALBERTO ÑIQUEN G.

Editor en La Mula. Antropólogo, periodista, melómano, viajero, culturoso, lector, curioso ... @tinkueditores


Publicado en

Redacción mulera

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