Alrededor de 55 combatientes del autodenominado Estado Islámico de Irak y Levante murieron tras un ataque aéreo de las fuerzas armadas iraquíes y enfrentamientos con milicianos tribales en la provincia de Al Anbar, oeste de Irak.

Treinta yihadistas fueron aniquilados luego que la ofensiva aérea iraquí dispusiera de su mejor estrategia en Faluya, mientras milicias suníes -acompañadas por fuerzas de seguridad- acabaron con la vida de otros 25 miembros de la organización insurgente en Ramadí.

"Las fuerzas aéreas no se retirarán de las ciudades de la provincia de Al Anbar hasta que no eliminen a los grupos armados y restablezcan la seguridad y estabilidad en la misma", aseguró Nuri al Maliki, primer ministro iraquí.

Del lado miliciano, Ahmed Abu Risha, jefe de los colectivos suníes que combaten a Al Qaeda, sostuvo que los integrantes del Estado Islámico de Irak y Levante se encuentran desplegados por el centro de Faluya, cuya población se ha desplazado hacia Bagdad con el fin de esperar que terminen los enfrentamientos.

Cabe recordar que tras la guerra del 2003 en Irak -impulsada por los Estados Unidos- los musulmanes chiítas se hicieron del control político del país, por lo cual organizaciones insurgentes suníes como la denominada Al Qaeda -no necesariamente la conocida tras la caída de las Torres Gemelas- se rebelaron ante las autoridades de turno pero sin contar con el apoyo de otros bloques milicianos suníes que no ven con buenos ojos la insurrección armada.

Asimismo, no debemos soslayar que la zona de Faluya fue el escenario de una de las batallas más cruentas de aquella guerra, en la cual las fuerzas estadounidenses lograron expulsar a los insurgentes por completo de la región.