Lo niega todo. La semana pasada a través de LaMula.pe, dimos cuenta de la denuncia por agresión de la secretaria adjunta del sindicato de trabajadores de Ripley, Ana María Loyola, contra Klaus Butterman, gerente general de la sucursal de San Miguel. 

Según su testimonio, el sábado 14 y domingo 15 durante la huelga de 72 horas que mantenían los trabajadores sindicalizados, Loyola ingresó a la tienda con el fin de registrar el esquirolaje interno al que habría incurrido la empresa al colocar a otros trabajadores en sus puestos, enfrentándose en dicho intento al también gerente regional de la empresa, quien sostenía que solo el personal del Ministerio de Trabajo podía realizar dicha inspección.

"Ella ingresó a la tienda sabiendo que no podía hacerlo estando de huelga. Cuando alguien se declara en huelga, esta es fuera. Todo tipo de inspección está a cargo del Ministerio de Trabajo, en este caso, del esquirolaje al que Ana María hace referencia", señaló Butterman en entrevista con LaMula.pe

El incidente de mayor gravedad se habría producido el domingo 15, cuando Loyola, en su segundo intento por obtener pruebas gráficas de lo que denunciaba, ingresó a la tienda en compañía de otros trabajadores y se encontró con el impedimento por parte del personal de seguridad.

Según sostiene Butterman, él en ningún momento grabó el incidente que Loyola tuvo con los miembros de seguridad en la escalera eléctrica del segundo piso de la tienda, forcejeo en el que la trabajadora asegura sufrió una lesión de consideración.

Alberto Aza, gerente de Operación Central de la cadena de tiendas, explicó que por el contrario fue el agente de seguridad Mario Torres Varía quien terminó afectado al ser empujado por los acompañantes de Loyola contra la barandilla lateral de la escalera eléctrica.

¿Hubo o no esquirolaje?

Desde el Ministerio de Trabajo nos confirmaron que efectivamente los únicos autorizados a comprobar las denuncias por esquirolaje son sus propios inspectores y no los trabajadores. Sin embargo, desde el Sindicato justifican el accionar de Ana María Loyola porque el ministerio hizo caso omiso a sus pedidos.

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