Risk Blaine, Woody Allen y el héroe sentimental
El Risk Rick Blaine de Casablanca no se despeina ni se desespera cuando llegan los momentos de crisis, sin embargo tiene un lado vulnerable...
Rick Blaine (Humphrey Bogart), protagonista de Casablanca, tiene mucho de los héroes de las novelas norteamericanas de la generación perdida: un tipo desengañado, desapegado de afectos o, mejor dicho, que evita mostrarlos debido a experiencias desagradables. Específicamente pienso en la semejanza con la frialdad de Jake Barnes.
Risk tiene un punto débil, que no es estrictamente una mujer sino algo peor: el recuerdo de lo que fue una temporada de amor en París junto a Ilsa Lund, es decir, el tesoro de un ideal perdido. Así, tras la presentación de un Risk casanova, cínico, que como él mismo repite "no se arriega por nadie", ocurre el quiebre cuando vuelve a ver a la mujer que lo abandono antes de tomar un tren años atrás.
Entonces comienza el baño de nostalgia acompañado con la canción "As times goes by" y uno piensa: si ves a un tipo tan duro amilanarse entre llantos y tragos entonces nadie es inmune a estas caídas. Entonces descubrimos otro aspecto de su vida, el romántico. Asistimos a una lluvia de recuerdos donde se mezclan los viajes, las palabras, las caricias.
De hecho en más de una vez el capitán Louis Renault repite que Risk es un sentimental y esto se convierte en su dato secreto, pues si bien sus acciones lo demuestran él nunca termina por aceptarlo. Por ejemplo, con la solución que encuentra al dilema del trío amoroso: (los esposos Victor Laszlo y Ilsa Lund se irán mientras él se quedará en Casablanca), Risk Blaine evidencia, aunque quiera negarlo, su romanticismo.
Esta dualidad se evidencia en Play it again Sam (Sueños de un seductor) de Woody Allen. Risk es una especie de gurú amoroso para el protagonista Allan Felix, enseñándole los modos, las estrategias necesarias para seducir. A través de sus citas Allan resulta torpe en sus intentos, siendo el peor discípulo de su ídolo.
Sin embargo, en el plano de lo sentimental, en ese punto que raya con "lo lindo", Allan se filia espiritualmente con Risk. No en vano la película de Allen reproduce la escena final de Casablanca. Imitando a Risk, Allan se sacrifica con estilo, es decir, operando casi con indiferencia, asumiendo hasta el final la postura de quien poco se preocupa por la pérdida total de la amada.
Risk, con su aire de indiferencia, asumiendo acaso la pose del tipo insensible, mucho se oculta del lado romántico. Acaso una manera de evitar el quiebre ante la despedida. Las máscaras en este caso son recursos de sobrevivencia, de fingir que no ha pasado nada y quedar de pie ante los finales. La lección que deja Risk con sus maneras es realmente que un dolor no debe derramarse exageradamente.
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Escritor y corresponsal de literaturas indígenas en Latin American Literature Today
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