Finalmente Ollanta Humala rompió su silencio y en entrevista con la periodista Patricia Del Río deslindó cualquier tipo de vinculación del Gobierno con el escándalo de la vigilancia irregular a la casa del exoperador fujimontesinista Óscar López Meneses, el mismo que ha costado la cabeza de un ministro, un asesor y seis generales.

"Es una coyuntura inconveniente, pero no le damos la espalda. Todo el mundo opina y da teorías. Se está creando una novela y se da afirmaciones que no tienen base", señaló Humala al inició de la conversación para luego dar la versión del Ejecutivo en torno al tema: todo se trata de una red de corrupción al interior de la PNP que brinda seguridad particular a distintos personajes, entre estos López Meneses, de a quien Humala se refirió como 'un sujeto que vive del tráfico de influencias'.

"El tema es que hay una actividad de corrupción en la Policía que trafican con el servicio de resguardo policial que es para autoridades del Estado y que al parecer es una práctica que se ha venido dando (...) Aquí no hay un poder paralelo, aquí lo que hay es un Estado de derecho y para enfrentar este problema estamos utilizando las armas que nos da la democracia", sostuvo y adelantó que ya se ha pedido una revisión de todas las custodias que viene dando a nivel nacional la institución policial.

"El que toma las decisiones soy yo"

Por otro lado negó que el exasesor Adrián Villafuerte haya tenido cualquier tipo de relación con López Meneses.

"No tiene ninguna relación. Decidió apartarse porque no quiere que su nombre sea usado como un instrumento para atacar al Gobierno (...) En este gobierno no se hacen las viejas practicas del pasado en que uno se entornilla con un asesor", expresó en clara referencia al gobierno de Alberto Fujimori.

"Nadie es indispensable. Los asesores son importantes, todo el mundo los tiene, las nuevas empresas los tienen. Lo que se ha creado es una leyenda urbana porque él tuvo la mala suerte de ser edecán de un oficial montesinista (...) El que toma las decisiones soy yo".