El espionaje está la orden del día. Un informe secreto de la Agencia Brasileña de Inteligencia (ABIN) reveló hoy que espías brasileños vigilaron a diplomáticos de Rusia, Irán e Irak en sus embajadas y hasta en sus residencias. Por lo visto, a pesar de que el gigante sudamericano está sumergido en una campaña contra el espionaje de EEUU también hace de las suyas.

Así, el diario Folha de Sao Paulo sacó a la luz una serie de documentos supuestamente oficiales a los que tuvo acceso y que documentan operaciones realizadas entre 2003 y 2004, cuando estaba en el poder el entonces presidente, Lula da Silva. A pesar de que se desconocen con exactitud los métodos empleados, el diario afirma que los diplomáticos eran "seguidos" y "fotografiados" por agentes brasileños. Además, entre los afectados también se encontraría la agencia estatal rusa dedicada al comercio de productos del área de defensa, Rosoboronexport. 

La polémica está servida. Brasil, que inició una campaña en la ONU con el objetivo de establecer límites en el espionaje electrónico y garantizar la privacidad de los usuarios, alegó que estas prácticas se realizaron por razones de "seguridad nacional" y como operaciones de "contraespionaje".

Entre los afectados: Fernando Gianuca Sampaio, cónsul honorario de Rusia en Porto Alegre, que respondió  irónico a Folha: “Soy un agente ruso, pero un agente oficial”. También fue sujeto de control el entonces embajador de Irán en Cuba, Seyed Davood Mohseni Salehi Monfarad, que visitó Brasil entre los días 9 y 14 de abril de 2004.

Desde la Presidencia de la República, el Gabinete de Seguridad Institucional, del que depende el ABIN, admitió que las operaciones de espionaje fueron realizadas pero que cumplieron la legislación brasileña vigente.

"Las actividades de la ABIN están previstas en la legislación y persiguen la defensa del estado democrático de derecho, la sociedad y la soberanía nacional, con total respeto a los principios constitucionales y a los derechos y garantías individuales", señala un comunicado de la Presidencia de la República.

Ahora que  el Parlamento está investigando el espionaje de EEUU, ha indicado que pretende determinar los motivos que llevaron a Brasil a espiar a otros países.

"Debemos incorporar ese asunto a la investigación, porque puede parecer que Brasil es un país con dos pesos y dos medidas o que es un país que tiene una práctica y un discurso diferentes", declaró el presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Ricardo Ferraço a los periodistas.

No es el único escándalo reciente. La semana pasada, el diario O Estado de Sao Paulo indicó que ABIN decidió no investigar a ese supuesto "doble agente", que, según documentos reservados obtenidos por ese matutino, habría colaborado con la CIA, la central de inteligencia estadounidense.

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