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Montes y Manrique, padres de la música peruana

Por la variedad de propuestas musicales peruanas, no sólo fueron patriarcas del criollismo.

Publicado: 2013-10-31

La música criolla del Perú está llena de grandes intérpretes, entre ellos el Dúo Montes y Manrique, conformado por Eduardo Montes y César Augusto Manrique. En una entrevista que le hicieron a Manrique en 1938, él contó que junto a Montes se embarcaron rumbo a Nueva York el 28 de agosto de 1911, cuando la disquera Columbia los contrató. Así, fueron los primeros peruanos contratados en ese país para grabar música criolla, que era la predilecta de los sectores populares en esos tiempos.

Allá grabaron 91 discos dobles con 182 canciones que ahora, cerca de 100 años después, son una reliquia y un verdadero tesoro de nuestra música criolla. Muchos de esos discos se perdieron, ya sea por el paso del tiempo o el descuido. Afortunadamente, el Instituto Francés de Estudios Andinos y el Instituto de Etnomusicología de la PUCP lanzaron hace poco el álbum Montes y Manrique (1911-2011), cien años de música peruana, un disco que incluye 30 canciones. 

A propósito de conmemorarse el Día de la Canción Criolla, compartimos una reseña de Willi Jiménez Torres sobre este dúo.


¿Padres del criollismo? No

Acuarela Criolla es uno de los himnos de lo que se conoce en Perú como música criolla. El texto de la canción es el siguiente: “Lima está de fiesta, / la canción criolla se viste de gala, / las guapas limeñas / lucen su belleza y gracia sin par. Las cuerdas de la guitarra trinan, / los criollos corazones vibran / a los alegres sones de la canción popular. Así es Lima criolla, / alegre y jaranera, / la tierra tres veces coronada, / donde nació la marinera / que con cajón y repique / en los barrios del Rímac, / de antaño / le dieron colorido Montes y Manrique… Padres del criollismo…” ¿Padres del criollismo? No. "No, exactamente", dice Wili Jiménez.

Si nos atenemos a lo que registraron fonográficamente el dúo Montes y Manrique en lo que a cantidad de piezas musicales de determinado género se refiere, ello no da para considerarlos como padres de la canción criolla, como siempre nos hicieron creer; más bien serían los forjadores de una suerte de indigenismo musical, si entendemos como tal “la música indígena no hecha por indígenas”; decimos esto porque la mayor cantidad de grabaciones musicales del dúo limeño, hechas para Columbia Records, fueron yaravíes y el yaraví proviene del harawi, que es una música indígena de origen pre-colombino. "Es decir, Montes y Manrique grabaron más yaravíes (45, para ser exactos, según consta en el libro que acompaña a la obra discográfica “Montes y Manrique 1911-2011. Cien años de música peruana”) que valses (24), incluso hay más marineras (36) como igual número de tristes (36), que es otro género musical de origen indígena, que posee poesía y sentimiento romántico en sus letras, y que en algún momento se ha confundido con el mismo yaraví, aunque también se podría entender como huayno de la costa norte", explica.


"Entonces por la variedad de propuestas musicales peruanas podríamos afirmar que Montes y Manrique serían los padres de la música del Perú… fonográfica o discográficamente hablando, no sólo del criollismo o canción criolla o música popular costeña" resalta Jiménez. Pero hay más. El reconocido dúo, como parte de la llamada guardia vieja de la música criolla, estaba influenciado por la poesía del siglo XIX, la zarzuela y, en general, por el llamado “género chico” procedente, principalmente, de España. "Género chico como el sainete, el cual amén de su propuesta humorística y musical exploraba la realidad, indagando en el entorno inmediato y reflejando, a su manera, la señal de la modernidad en temas como la emigración, los nuevos medios de transporte y comunicación, etc., todo ello recreado teatralmente; es decir Montes y Manrique más allá de ser padres del criollismo o de la música peruana son los pioneros de nuestra música contemporánea, música hecha con los pies en esta bendita tierra y el pecho hinchado de orgullo por pertenecer a una época y a un lugar específicos pero a la vez con la cabeza llena de imaginarios que no conocían fronteras", explica.

En su opinión, el álbum reseñado es  la obra discográfica más importante editada en los últimos tiempos  no sólo por su valor histórico (antes de esas grabaciones, nuestra música no había sido registrada para la posteridad), sino por el repertorio apreciable y audaz de dos músicos callejeros que por ventura o arrojo fueron contratados por un sello transnacional y recalaron en la otrora ciudad musical del mundo: New York, para dejar constancia de que en el Perú existía música valiosa. "Hace cien años empezamos a hacernos oír en el mundo… ¡La fiesta sólo acaba de empezar!", finaliza Wili Jiménez.


Con información de Sonidos.pe


Para saber más:

Montes y Manrique: 100 años de música peruana



Escrito por

ALBERTO ÑIQUEN G.

Editor en La Mula. Antropólogo, periodista, melómano, viajero, culturoso, lector, curioso ... @tinkueditores


Publicado en

Redacción mulera

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