A las tres semanas de haber empezado a trabajar, Juan recibió una llamada en la que le ofrecían una tarjeta de crédito. Escuchó, se entusiasmó pero esperó. A la semana siguiente hizo sus compras en su supermercado favorito y cuando se le acercó una impulsadora de tarjetas de la cadena no lo dudó, pensó que como tenía un ingreso fijo, era natural tener una tarjeta. Dos semanas después recibió la llamada del mismo banco y esta vez aceptó de inmediato y obtuvo una línea de US$600. Para probar, dijo. 

Lo cierto es que entre su ingreso real y su gasto cotidiano hay una brecha y ahora Juan va al supermercado a comprar un pollo a la brasa y lo paga en cuatro o seis cuotas; sin considerar otros productos de consumo para su casa. Además, ha retirado efectivo de su tarjeta para pagar la cuota mínima del mes. Lo que tarda en cobrar en un mes, se le va como agua. Desafortunadamente hay muchos casos como el suyo.

Actualmente 2.5 millones de peruanos cuentan con tarjetas de crédito. ¿Gran consumo o desorden, precipitación, y, por tanto, deudas y más deudas? Las centrales han identificado que 294,346 están en ‘alerta roja’ o sobreendeudados, y 647,182 en ‘luz ámbar’, aquellos que no dejan de pagar, pero no están al día. 

Según la Central Inteligente de Alertas y Riesgos, estos peruanos poseen unos 9 millones de plástico, entre tres y cuatro tarjetas por persona (de bancos, tiendas, financieras, etc.). El 63% de titulares de tarjetas de crédito mantiene un récord impecable de pagos (luz verde), pero el 25% ya ha comenzado a registrar impagos. Así, el número de los que no están pagando puntualmente aumentó 1.5% entre agosto del 2012 y agosto del 2013. En agosto se detectaron 99,675 usuarios que usaban exclusivamente la línea paralela de sus tarjetas (el préstamo efectivo), y cerca de la tercera parte, más de 20 mil, ya tienen su calificación crediticia en nivel rojo.

La misma entidad señala que el 53% usa la tarjeta de crédito para compras; el 28% para disposición de efectivo y el 7 tanto para compras como para efectivo. Quienes usan sus plásticos para las tres modalidades ya llegan a 186 mil, 59 mil ya reportan retrasos en sus pagos y 16 mil ya cayeron en sobreendeudamiento.

Según el economista Jorge González Izquierdo, el 83% de usuarios son menores de 25 años, lo que significa un aumento en la deuda acumulada que alcanzó la cifra de S/.17,151 millones en agosto. Así, el incumplimiento de pago se ha duplicado y los jóvenes –al no contar con estabilidad laboral– corren el riesgo de que sigan endeudándose.

En el reporte de Sentinel con datos hasta agosto, son 20,274 peruanos menores de 25 años de los 149,219 tarjetahabientes en ese mismo grupo con ‘semáforo’ rojo, lo que significa incumplimiento de pagos entre 61 y más de 365 días. Ese 13.6% de jóvenes con mora es la tasa más alta entre los grupos etarios del informe.

Si bien un punto a favor de estos jóvenes es que parecen entender el objetivo de una tarjeta de crédito: hacer compras. Lo que queda en duda es qué tipo de compras hacen: ¿productos que consumirán en el largo plazo (celulares, electrodomésticos, por ejemplo) o la comida diaria?

La semana pasada, Kantar WorldPanel informó que el 50% de los hogares peruanos reconoció estar pagando una deuda. De éstos, el 13% dijo que se endeudó para pagar bebidas y alimentos. Entre el 30 y 40% hace esto en los sectores socioeconómicos C y D.

Así vemos que las tarjetas de crédito han sido importantes para los hogares, pero el problema es que se han utilizado para pagar bienes de consumo masivo de muy corto plazo.

¿Hay una ‘burbuja’ de tarjetas de crédito en el país? Todo indica que no, lo que ocurre es un ‘mal uso’, más que nada una mala educación financiera (que ciertamente no hacen las instituciones financieras, lo que se suma peligrosamente a la irresponsabilidad y necesidades de los usuarios).

Entonces, estás avisado. Si aún mantienes un orden con tu(s) tarjeta(s), ya sabes que no puedes abusar.