La cumbre de la Unión Europea (EU) en Bruselas tomó un rumbo inesperado tras la noticia del supuesto espionaje estadounidense a la canciller alemana, Angela Merkel. Y es que no sorprende que la atención de ayer se centrara en el escándalo de las escuchas reveladas por el exagente de la CIA, Edward Snowden. El resultado fue un comunicado conjunto que indicaba “las grandes preocupaciones que despierta sobre los ciudadanos este tipo de actividades". Destaca además que el espionaje contra líderes europeos puede hacer que se pierda la confianza con Washington, "lo que perjudicaría la necesaria colaboración en la recogida de inteligencia".

Para calmar las aguas, la canciller alemana Angela Merkel señaló la posibilidad de establecer una iniciativa para negociar un acuerdo de colaboración entre los servicios secretos de Alemania y Francia con los norteamericanos, y a la que se podrían sumar otros países europeos. La declaración de los estados europeos remarca la necesidad de que las relaciones entre ambos lados del atlántico debe estar basada en el respeto y la confianza, haciendo especial énfasis en los "servicios secretos”.

“La confianza se ha dañado seriamente y hay que reconstruirla”, señaló Merkel. Por su parte, el presidente francés François Hollande remarcó que el objetivo de ese marco será “establecer reglas para el futuro", puesto que "hay comportamientos y prácticas que no pueden aceptarse”.

El debate sobre inmigración queda en una declaración de intenciones

Hoy se cerró la segunda jornada de la cumbre que se centró en el debate sobre inmigración. A pesar de la polémica de las últimas semanas tras la catástrofe la de la isla italiana de Lampedusa, que costó la vida a cientos de personas, el resultado fue una declaración de intenciones. Aun así, fuentes consultadas a Efe consideran que este encuentro servirá para sentar bases para la próxima reunión del grupo el 19 y 20 de diciembre.

Los líderes indicaron la necesidad de tratar el asunto en origen y promover la solidaridad entre Estados miembros y se comprometieron a revisar esta cuestión en su cumbre de junio de 2014. 

"Hemos acordado que debe adoptarse una acción decidida para prevenir la pérdida de vidas y evitar que tragedias de este tipo vuelvan a ocurrir", dijo el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una rueda de prensa al término de la reunión.

Van Rompuy destacó también la necesidad de implementar el Sistema Europeo de Vigilancia de Fronteras (Eurosur) debido a los últimos acontecimientos, entre la que destaca seis operaciones de rescate que salvaron la vida a más de 700 personas el jueves.

"Nuestra acción estará guiada por tres valores: prevención, protección y solidaridad", dijo Van rompuy. "Todos estamos de acuerdo en que se puede hacer más, por eso pedimos al nuevo Grupo Especial para el Mediterráneo que proponga pronto medidas para hacer un uso más eficiente de las políticas europeas", añadió.

Con informaciónde Europa Press, Efe, El País.

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