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Siempre tambaleante servinacuy

Publicado: 2013-10-19

Mirko Lauer en su columna de hoy, opina sobre la aún no difundida sociedad entre las agrupaciones Perú Posible y Gana Perú. Sin embargo, opina que es evidente esta unión y hace un pequeño recuento de las 'ayuditas' que ambas bancadas se han dado y cita el rechazo de PP a una censura de Eda Rivas por el polémico viaje del presidente Ollanta Humala a París sin permiso del Congreso.

Aquí, la opinión de Mirko Lauer publicada en La República:


Siempre tambaleante servinacuy

El rechazo de Perú Posible a una censura de Eda Rivas ha liquidado esta iniciativa opositora. Si bien es lo que le correspondía a PP como socio político del gobierno, algunos han elegido sorprenderse, como si esta fuera una sociedad en permanente proceso de reparación. ¿Lo es realmente? En unos aspectos no, en otros sí.

El que PP-Gana Perú funcione como un acuerdo parlamentario que no se refleja en el Ejecutivo le da una aparente levedad: las dos agrupaciones actúan en el día a día como si no tuvieran más compromiso que juntarse para las emergencias. Ambas partes han declarado alguna vez que no son una alianza. Pero nunca han definido realmente qué son, dejándole el asunto a la práctica.

La levedad es real. Hay cuestiones nacionales en las que Gana Perú puede recoger los votos que necesita entre agrupaciones que no son PP. Hay otras cuestiones donde mantener a PP a bordo ha costado mucho palanqueo, entre otras cosas por los problemas internos de la propia bancada toledista. Esto último se ha agravado con los problemas de Alejando Toledo.

Pero el entendimiento con el volátil PP ha sido lo suficientemente operativo como para evitar que Ollanta Humala salga a buscar otros socios más o menos permanentes. Un motivo de esto es que PP ha sido hasta el momento un socio desinteresado de participar en el gobierno. Toledo ha propuesto un par de embajadores, pero ningún ministerio.

Las acusaciones a Toledo han cambiado algunas cosas. Los votos de PP siguen siendo tan necesarios para el gobierno como siempre, pero Toledo se ha vuelto un socio incómodo. Incluso más incómodo precisamente por ser necesario. Así, el socio que no quería nada del gobierno puede volverse en un socio que reclama más de lo que se le puede dar.

No hay que ser adivino para ver que en algún momento de su avance el caso Toledo se puede volver el flanco débil del gobierno frente a una iniciativa fuerte de la oposición en el Congreso. Con encrucijadas como la de dejar caer a Toledo, y arriesgarse a no poder reconstruir una mayoría, o quemarse con él, por ejemplo.

El divorcio va a venir tarde o temprano. Empujado por una suma de crisis diversas o por el acercamiento de las elecciones generales. Lo cual pone al gobierno en la perspectiva de tener que fabricarse otro tipo de acuerdo parlamentario para poder gobernar en serio durante la fase final de su mandato. Acuerdo que no sería fácil armar de un día para otro.

La mejor opción de PP para mantener el leve acuerdo en su sitio sería llegar a establecer una diferencia suficiente con Toledo en su hora más negra. Falta saber si el caudillo es capaz de hacer un sacrificio así, que entraña el peligro de quedar como Moisés, y no poder entrar a la tierra prometida de las elecciones del 2016.


Escrito por

Diana Chirinos

Ciencias de la Comunicación. USMP. Música, cine clásico, deportes, política, lectura.


Publicado en

Redacción mulera

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