La madrugada del 23 de octubre de 1986, en las comunidades ayacuchanas de Parcco y Pomatambo, patrullas del Ejército secuestraron y desaparecieron a cuatro pobladores. Las víctimas fueron Donato Ramírez Rivera, Eugenia Ramírez Castillo, Antonio Najarro Soto y Timoteo Bautista Bellido. Sus restos, exhumados en el 2006, serán entregados este viernes a sus familiares después de 27 años. 

El operativo militar en la zona de Ayacucho era de carácter antiterrorista y confundió a los campesinos locales como senderistas. Najarro Soto fue acusado de pertenecer a la escuela popular de Sendero Luminoso. Luego, su cuerpo fue incinerado y escondido en un páramo en la provincia de Vilcashuamán. La misma suerte corrieron las otras 3 víctimas.

Sobre este caso, la Sala Penal Nacional sentenció al teniente coronel EP (r) Carlos Armando Bardales como autor mediato. Además, uno de los acusados, Agustín Jorge Tuya López, fue absuelto por ser considerado testigo. Por su parte, el teniente de infantería (r) Dante Jesús Retamal Guerra está en EEUU y se espera un proceso de extradición para que sea juzgado.

"Los restos fueron exhumados en el 2006 y todo se dilató por falta de fondos para los reactivos. El EPAF analizó los restos y descubrió que fueron asesinados con elementos punzocortantes y armas de fuego", señaló la abogada de la Comisión Episcopal para la Acción Social (CEAS), Gery Vásquez.

Los familiares de las víctimas recibirán los restos de sus seres queridos luego de 27 años desde que desaparecieran. Cabe mencionar que los cuerpos fueron identificados por el Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF).