Cristina Fernández dejó ayer el hospital, tras estar internada durante seis días. “La señora quería irse, no aguantaba más acá adentro. Es comprensible: no para nunca”, relató una fuente oficial al diario El Clarín. Y es que, a pesar de que deberá mantener un “estricto reposo” los próximos 30 días, la presidenta se encuentra al frente del gobierno, según indicó el jefe de gabinete, Juan Manuel Abal Medina. 

Eso sí, será Amado Boudou quien ejerza de “vicepresidente a cargo del Ejecutivo”, tal como lo establece el Boletín Oficial del Estado. Sin embargo, Cristina es la que lleva las riendas. Boudou sólo acata, relegado a un segundo plano. Los lazos del vicepresidente a cargo del Ejecutivo con casos de corrupción y enriquecimiento ilícito transmiten desconfianza. Es más, cumplirá su cometido desde una oficina habilitada en el edificio del Banco de la Nación y no desde la Casa Rosada. 

Una encuesta de Poliarquía Consultores publicada en el diario La Nación indica que solo un 15% de los entrevistados encuentra a Boudou "muy capacitado" o "bastante capacitado" y un 38% considera que no está "nada capacitado" para representar a la presidenta.  

Y es que no existe figura con la autoridad de Fernández para anunciar las principales medidas del gobierno y que sobresalga en carisma y popularidad. Por ello, no resulta del todo sorprendente que la enfermedad de la presidenta no cambiará el voto del 95% de los electores a sólo 14 días de comicios legislativas, según presenta el diario La Nación. 

Un año después de la muerte del expresidente Néstor Kircher, esposo de la mandataria, se generó una ola de empatía hacia Fernández y ayudó a la recuperación de su imagen, señala La Nación.  Por ello, el 88% de los entrevistados mantiene la misma opinón sobre Fernández que antes de la operación, mientras que mejoró sólo para un 6% y empeoró para un 5%. 

 “Por lo general un problema de salud produce empatía con la persona afectada, pero esta vez no parecería haber espacio para grandes cambios de opinión por parte del electorado”, consideró Mariel Fornoni, de Management & Fit para clarín. “La presidenta es el centro del sistema político y el escenario cambió. Creo que habrá un impacto positivo en su imagen y un corrimiento de algunos puntos, aunque no imagino que cambie sustancialmente el panorama electoral. Hay que ver cómo sigue”, señaló al diario argentino Fabián Perechodnik, de Poliarquía. 

Cristina estará al margen de los mítines y las inauguraciones para las legislativas del 27 de octubre, aunque el 79% de los argentinos considera que la operación de Fernández "no tendrá impacto" en los candidatos del gubernamental Frente para la Victoria, que continúan estos días con sus actos proselitistas.

Con información de Efe, La Nación, El Clarín.

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