Partido de extrema derecha lidera sondeos para elecciones europeas en Francia
El Frente Nacional de Marine Le Pen obtendría el 24% de los votos según una encuesta de 'Le Nouvel Observateur'.
Los datos causan escalofríos. El Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen es en este momento y por primera vez, el primer partido de Francia en intención de voto para las elecciones europeas de mayo de 2014. Así lo señala un sondeo de IFOP para la revista Le Nouvel Observateur. La formación de extrema derecha conseguiría el 24% de los votos, dos puntos por encima de la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido conservador del expresidente Nicolas Sarkozy, y cinco más que el Partido Socialista (PS), hundido en un 19%.
Es preocupante que el Frente Nacional, el partido neofascista fundado hace 41 años por Jean-Marie Le Pen, paracaidista que combatió en las guerras de Argelia e Indochina, se presenta, por primera vez en la historia de Francia, a la cabeza en un sondeo referido a una elección de nivel nacional.
Le Nouvel Observateur describe una nueva y preocupante realidad en la vida política francesa: "El Frente Nacional está a punto de cambiar su naturaleza. Su lugar ya no está al margen sino el centro del juego político".
Este nuevo escenario político podría explicar los movimientos realizados por los principales partidos en las últimas semanas. Si Manuel Valls, ministro del Interior, afirmó que los gitanos europeos “no quieren integrarse”, tampoco se quedó corto al señalar que Francia se opondrá a la entrada de Bulgaria y Rumanía en el espacio Schengen. Y, a pesar de la enorme polémica que ha generado este hecho, -alentar el miedo a un colectivo débil y precario que cuenta con 20,000 romaníes en Francia siendo niños la mitad-, el presidente, François Hollande no se ha pronunciado al respecto.
El ascenso de la extrema derecha, ya se hizo visible el año pasado, cuando Marie logró un histórico 17,9% de los votos en el la primera vuelta, y cuando parte de sus ideas fueron plagiadas por Nicolas Sarkozy- en la campaña de la segunda ronda-. Así, queda patente la renovación estética e ideológica que ha desarrollado Marine Le Pen, hija del fundador, desde que accedió a la presidencia del partido en enero de 2011.
Recordemos el informe del diario Libération, que reveló hace unos meses como el FN lleva meses realizando lo que Le Pen denomina su “revolución cultural”, una estrategia de management a largo plazo para captar y formar a jóvenes militantes con la idea de ampliar y rejuvenecer su aparato político. Los integrantes del partido de extrema derecha recorren puerta a puerta los pueblos, para impartir el ideario xenófobo a jóvenes adeptos. El diario define la táctica como una “mutación subterránea de gran aliento”.
Además, la coyuntura económica y política se presta como el escenario ideal para la familia Le Pen. Ya lo predijo hace un año Marine: "Hollande decepcionará primero a los franceses y enseguida a los propios socialistas”. Y es que la crisis del partido socialista, muy desgastado, junto con la división de los líderes de la Unión por un Movimiento Popular (Jean-François Copé y François Fillon) presentan oportunidades que la extrema derecha no ha desaprovechado.
Además, tras las reformas y medidas económicas neoliberales impuestas por Berlin, Hollande ha perdido no solo el apoyo de la izquierda radical y de muchos ecologistas, sino de gran parte del electorado. Por ello, estratégicamente, Le Pen ha adquirido un nuevo rol de líder antisistema al oponerse totalmente a los mandatos de Europa. La crisis y el aumento de desempleo potencia el antieuropeísmo y perjudica a un gobierno que no logra atenuar el malestar ciudadano.
François Delapierre, el número dos de El Front de Gauche de Jean-Luc Mélenchon - que obtendría un 10% de los apoyos en el último sondeo- alertaba en el diario Público.es del avance de la extrema derecha y de la importancia de las elecciones europeas. "La historia de Europa nos muestra cómo en el pasado las crisis se han resuelto con la guerra y con el fascismo. Al final esto se va a jugar entre la extrema derecha y nosotros y debemos tener la estrategia apropiada y la ambición de conquistar el poder y empezar por convencernos a nosotros mismos de que podemos hacerlo", dijo.
Además aseguró como este el auge de los partidos ultras "sirve a los dirigentes como la excusa perfecta para transmitir a la gente que deben seguir soportando las medidas de austeridad y las políticas neoliberales si no quieren que haya un cambio de régimen peor".
El caso de Francia no es el único. La crisis y el antieuropeísmo crecen a pasos de gigante. Lo último: la detención de la cúpula del partido de extrema derecha griego a raíz del asesinato del rapero Pavlos Fyssas que, a pesar de que ha provocado un cierto descenso de la intención de voto, se mantiene como tercera fuerza política (5-8% de los votos). ¿Hasta dónde llegará esta peligrosa situación?
Con información de Efe, El País, Público.es, Libération, Le Nouvel Observateur.
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