Quedaba poco para que la Cámara de Representantes de Estados Unidos llevara al país al borde de un precipicio, cuando el presidente, Barack Obama, declaraba que “una facción de un partido en una cámara de uno de los poderes del Estado no puede paralizar todo un país”. Sin embargo, se equivocó. Esta facción sí pudo.

Las consecuencias: más de 800,000 trabajadores federales no han salido a trabajar hoy (los considerados "no esenciales") y millones de personas seguirán trabajando sabiendo que, por le momento, no van a recibir salario alguno. Así, las basuras comenzarán a acumularse y los museos, parque nacionales y otros servicios públicos cierran sus puertas. 

La crisis está a flor de piel y Obama urgió hoy a los republicanos a "reabrir" la Administración federal, recordando que el Congreso tiene la obligación de aprobar el presupuesto, y que el país debe de pagar sus deudas, en referencia al escenario catastrófico del 17 de octubre, cuando se alcance el techo de la deuda y el país entre en suspensión de pagos.

Y es que, cuanto más dure ese cierre, "peores" serán sus efectos, remarcó el líder norteamericano. El impacto en la economía del país rondará los US$300 millones diarios como mínimo, según la consultora IHS, informa eleconomista.es.

Dicho y hecho. Aquí una serie de fotografías de las consecuencias del primer día del cierre del congreso publicadas en el diario El País:

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