Ser princesa en una tierra de machos
Los Muxes mexicanos son personas nacidas con sexo masculino que asumen roles femeninos tanto en el ámbito social, sexual como personal.
El debate sobre la reforma de la unión civil para personas del mismo sexo en el Perú deja claro cómo los representantes de la Iglesia Católica dan por hecho que sus dogmas deben regir las políticas públicas del país, insistiendo que parejas de este tipo no son 'naturales'. Y por supuesto, todo amparado en fundamentos religiosos, cuando la República del Perú es un Estado laico.
Sin embargo, el caso peruano de discriminación a la comunidad gay no es un hecho aislado. En otros países latinoamericanos como México, aquellos que no cumplen los moldes de lo considerado 'natural' tampoco gozan de los derechos básicos y tienen que convivir con la homofobia .
No obstante, siempre hay excepciones. Y es que, antes de que México se convirtiera al catolicismo tras la colonización española, existían sacerdotes aztecas travestís y dioses hermafroditas mayas. En aquel entonces, la flexibilidad entre géneros era inherente a la cultura, es decir, era lo 'natural'.
La sorpresa es que, hoy en día, aún existe una comunidad que persiste en esta forma de entender las relaciones de género: Los Muxes. Con origen en la cultura zapoteca, se conoce como muxes a las personas nacidas con sexo masculino que asumen roles femeninos tanto en el ámbito social, sexual como personal.
El fotógrafo italiano Nicola Ókin Frioli viajó a Juchitán, en estado del sur de Oaxaca, para retratar algunos de los cerca de 3,000 muxes que viven en el pueblo de 160,000 habitantes. Lejos de temer salir del clóset, los y las muxes ocupan un lugar destacado en la sociedad juchiteca sin necesidad de guardar las apariencias.
Así, algunos lucen con orgullo el traje tradicional de la mujer zapoteca, con flores bordadas, enaguas y refajo. Es más, adoptan roles femeninos, como la cocina, el bordado o la costura y son considerados personas con dotes intelectuales y artísticos especiales.
Antiguamente, los zapotecas consideraban a los muxes como parte de un tercer sexo, que podía participar de los roles de las mujeres, llegando a controlar el comercio y las decisiones económicas de la familia. Algunos muxes formaban parejas monógamas homosexuales, vivían en grupo o se casaban con una mujer y tenían hijos.
Aquí les dejo algunas de las instantáneas del trabajo “Princesas en una tierra de machos” que el fotógrafo Nicola Ókin realizó en 2011:
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