La historia no nos cuenta si Balzac, aquel escritor francés consagrado como el padre del realismo literario sufría baches o sequías creativas. Pero su producción casi industrial de novelas hace pensar que le eran desconocidas. 

Mario Vargas Llosa es un profundo admirador del escritor francés y al igual que éste su producción es constante y rara vez interrumpida. 

Sin embargo, acaba de confesar en una entrevista para el diario El Tiempo de Colombia, a raíz del lanzamiento de su nueva novela "El héroe discreto", que tiene problemas para escribir.     

"Tengo momentos de gran frustración, de impotencia, de sentir que todas las cosas están saliendo mal, porque soy humano", dijo el Nobel de Literatura 2010. Es decir, la hoja en blanco también le juega malas pasadas al escritor peruano/español.  

Sin embargo, Vargas Llosa indica que por su experiencia estos baches creativos se pueden superar gracias a la perseverancia.

"La experiencia me ha mostrado que si yo persevero, que si yo insisto, las cosas al final van desatorándose, van apareciendo las historias, eso es un placer enorme y además es lo que me da el equilibrio", asegura.

El peso del apellido

En otra parte de la entrevista, Vargas Llosa relata que envío a sus hijos a estudiar fuera de Perú por el temor de que su abrumadora popularidad -que también le ha acarreado ingentes criticas por sus opiniones políticas- afectara a sus hijos. 

"Me preocupó mucho que ser una persona conocida fuera algo que los pudiera aplastar", menciona en entrevista publicada en el suplemento Bocas del medio colombiano.

"Entonces, en Inglaterra, en España, donde han estudiado,ellos tenían que valerse por sí mismos, y obtener lo que querían por ellos mismos y no por su padre", explica.