Días antes del 40 aniversario del golpe militar que derrocó a Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973, decenas de miles de chilenos se manifestaron para exigir el esclarecimiento de lo ocurrido en la dictadura y el castigo a las violaciones de los derechos humanos. Así, más de 20,000 personas marcharon el domingo en Santiago hasta el Cementerio General de Santiago de Chile, según las cifras de los carabineros. 

Convocada por la Asamblea Nacional por los Derechos Humanos, la marcha se desarrolló con tranquilidad hasta que, después del acto final, una decena de encapuchados registraron enfrentamientos con la policía. El resultado: 31 detenidos, 15 menores de edad. 

Durante la marcha callejera, cinco veces más numerosa que la del año pasado y bajo el lema “Marcho con tu rostro y llevo tu proyecto en mi memoria”, los participantes portaron retratos con los rostros y los nombres de personas asesinadas.

La Asociación de Magistrados de Chile, la más importante del país, pidió perdón por sus "acciones y omisiones" durante el régimen militar, mientras que la Corte Suprema reconoció "que no hizo lo suficiente en dictadura", si bien evitó hablar de perdón, afirma Efe.

Además, el presidente chileno, denunció que ni el Poder Judicial ni los medios de comunicación hicieron todo lo que debieron para frenar las atrocidades ocurridas durante el régimen del general Augusto Pinochet.

Sin embargo, las víctimas consideran que las palabras no son suficientes y que se necesario que establezca la verdad histórica de lo sucedido y los tribunales apliquen con rigor la ley a todos los responsables de las violaciones a los derechos humanos.

"Nosotros no estamos obligados a perdonar. En vez de que pidan perdón, lo que nosotros queremos es que se empiece a hacer justicia y se reconozca la verdad de lo que ocurrió en este país", declaró Lorena Pizarro, presidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, una de las organizaciones convocantes de la marcha de este domingo.

Por el momento, además de los jueces, algunos políticos han reconocido su responsabilidad en lo sucedido tras al golpe. Así, el ministro del Interior, Andrés Chadwick, dijo sentir un "profundo arrepentimiento" por haber sido partidario de un gobierno en el que se violaron los derechos humanos", mientras que el senador derechista Hernán Larraín hizo un mea culpa al presentar un libro titulado "Voces para la reconciliación". 

Al respecto, la vicepresidenta de la Agrupación de Familiares de Detenidos Desaparecidos, Mireya García, declaró que estos gestos de arrepentimiento carecen de sentido "porque son abstractos, no tienen contenido".

La tensión política chilena se hace patente con los actos conmemorativos que se celebrarán por separado hoy. Por un lado, el Gobierno de derecha de Sebastián Piñera y por el otro, la oposición de centroizquierda liderada por la expresidenta socialista Michelle Bachelet.

Con información de Efe, Reuters, La Tercera, El País