Pinochet tenía armas químicas para eliminar a miles de personas
Eduardo Frei y Michelle Bachelet, que desconocían la existencia de las toxinas, mostraron conmoción.
El dictador Augusto Pinochet dispuso de toxinas botulínicas capaces de eliminar a miles de personas dentro y fuera de Chile, afirmó la exdirectora del Instituto de Salud Pública (ISP) Ingrid Heitmann.
Heitmann, que dirigió el ISP entre 2007 y 2010, afirmó a la agencia alemana DPA que las toxinas estaban escondidas en un subterráneo del ISP, ubicado a un costado del Estadio Nacional en Santiago. "Eran dos cajas llenas de ampollas con toxina botulínica, suficientes para matar a la mitad de Santiago", afirmó y añadió que "se podía matar a muchísimos, pero no sé cuantos".
Al parecer, las toxinas estuvieron en poder del régimen castrense desde la década de 1980, en un momento de intensas protestas sociales internas por la crisis económica y con precarias relaciones con Argentina, Perú y Bolivia. Las sustancias fueron descubiertas e incineradas en 2008, pero sin que se informara al gobierno de Michelle Bachelet o la Justicia.
Las reacciones no se han hecho esperar. El expresidente chileno Eduardo Frei, cuyo padre también presidente y de igual nombre murió en 1982 supuestamente envenenado con armas químicas, afimó no entender por qué el Ejército no entrega antecedentes a 40 años del golpe que derrocó a Salvador Allende.
"¿Por qué los comandantes en jefe no dan la verdad? ¿Por qué siguen guardando información? ¿Me van a señalar que el Ejército -como tantas veces nos han dicho- no sabe nada?", reclamó en declaraciones a Radio Cooperativa.
Por su parte, la expresidenta socialista Michelle Bachelet expresó su sorpresa por el hecho de que las armas químicas permanecieron guardadas en secreto en el Instituto de Salud Pública hasta 2008, cuando ella gobernaba.
"Primera noticia, efectivamente, que escucho de eso. No conozco los antecedentes como para poder opinar", dijo Bachelet, favorita para ganar los comicios presidenciales de noviembre. "Si esa información es real, verídica, y se confirma, me imagino que será de mucha importancia para los jueces", añadió.
La doctora, quien durante la dictadura fue detenida y torturada dos veces por los equipos represivos, afirmó que quedó impactada cuando sus subalternos encontraron estas armas químicas. "Me espanté. No pensé que pudieran ser importantes para un proceso judicial, no se sabía lo de Frei", indicó.
La botulina provoca parálisis muscular progresiva y que como arma de destrucción masiva está prohibida por las Convenciones de Ginebra y la Convención sobre Armas Químicas. Por ahora se desconoce el destino de las sustancias químicas. "La Policía de Investigaciones fue muchas veces al ISP, pero no las encontró", recordó Ingrid Heitmann. "No revisaron nunca el subterráneo", ahondó.
Con información de DW, Nación, El Mundo
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