Los islamistas egipcios están cada vez más acorralados. El general Abdel Fatá al Sisi, comandante de las fuerzas armadas y artífice del golpe, afirmó en un discurso ayer que no tolerará más marchas que intenten “la destrucción del país y su gente, o el incendio de la nación”. Se trata de una advertencia clara de que no aceptará violencia en los reclamos para restituir en el poder a Mohammed Morsi.

Por si no fuera suficiente, el primer ministro, Hazem Beblaui, ha propuesto a su ejecutivo la disolución legal de la hermandad. Su partido político, Libertad y Justicia, ganó todas las elecciones a las que se presentó en los primeros meses de democracia tras la deposición del régimen de Hosni Mubarak.

Así, las tensiones no amainan y tienen en ebullición al país árabe más poblado del mundo y aliado de Estados Unidos en Oriente Medio. Tras la matanza del miércoles, y con las jornadas de protesta convocadas por los islamistas, las fuerzas de seguridad han arrestado a más de 1.000 personas y el saldo de muertos no para de crecer: el miércoles, en el desalojo de los campamentos murieron más de 600 personas, el viernes fallecieron al menos 170 y el sábado hubo 79 bajas.

Es más, ayer murieron 36 islamistas detenidos de manera confusa. Mientras la policía describió los hechos como un intento de fuga, el ministerio del Interior dijo que los presos tomaron como rehén a un soldado y fueron abatidos por las fuerzas de seguridad. Otros oficiales afirman que habían recibido ayuda de un grupo armado en otro vehículo. 

Diferente es la versión del los Hermanos Musulmanes que calificaron en un comunicado la muerte de los detenidos de "terrible masacre sangrienta". Los islamistas consideran que murieron por asfixia en el furgón, después de que se emplearan gases lacrimógenos contra ellos. “La matanza de manifestantes contra el golpe confirma el uso intencional de violencia contra los que se oponen a ese mismo golpe, y las matanzas a sangre fría de la que son objetivo”, dijo la hermandad en un comunicado.

Por ello, después de que el ejército haya demostrado con numerosas cargas que no le temblará el pulso a la hora de reprimir más actos de protesta, ya es patente la gran confusión en la que viven los Hermanos Musulmanes. Y es que, a pesar de que la Alianza Contra el Golpe, grupos opositores que apoyan a la hermandad, ha decidido mantener durante esta semana las protestas, las fuertes represalias del ejército han surtido efecto. 

Aunque ayer se desarrollaron marchas hacia la Corte Constitucional, no tuvieron éxito y avanzaron de forma temerosa ante las represalias de la policía. Además, muchas de las concentraciones fueron desconvocadas por los Hermanos Musulmanes.

Pero no amaina la violencia. Al menos 24 policías han muerto hoy y otros tres han resultado heridos en una emboscada perpetrada por un grupo de insurgentes islamistas en el norte del Sinaí egipcio y en la frontera con la franja de Gaza, según han informado fuentes médicas y de seguridad. 

El Sinaí ha sido un nido de insurgentes islamistas, que controlan zonas ampliamente despobladas, desde las que han atacado a las Fuerzas Armadas egipcias y objetivos en el sur de Israel con cohetes y misiles de corto alcance. El Gobierno interino estima que desde el miércoles han fallecido al menos 70 agentes de policía y soldados. 

Con información de Efe, Reuters, AFP, El País, La Nación

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