La violencia "no doblegará al Estado", ha dicho el nuevo hombre fuerte de Egipto, el general Abdel Fatah Al Sisi. Luego de la matanza de cientos de islamitas por parte de la fuerzas de seguridad, Al Sisi, jefe del Ejército y ministro de defensa, aparece nuevamente y dice que las autoridades no permanecerán "impasibles ante la destrucción del país y las amenazas contra la población". 

Los mandos de las fuerzas de seguridad protagonizaron la represión de las protestas islamistas. Sobre esto, Al Sisi ha dicho que los militares respetan la voluntad popular y no ansías el poder. Al Sisi pidió también a los seguidores del depuesto presidente Mohamed Morsi que reflexionen, refiriéndose a aquellos que "se imaginan que la violencia hará arrodillarse al Estado y a los egipcios". Y a los medios de comunicación occidentales les dijo que no permitirá que den una imagen "errónea de que existe una lucha entre el pueblo". 

Ante esto, Los Hermanos Musulmanos han cancelado sus manifestaciones convocadas por estos días en El Cairo. Los islamitas se han enterado de que podrían haber francotiradores en zonas claves de la gran ciudad egipcia, desde las cinco mezquitas hasta la Corte constitucional, donde estaría el primer ministro interino, Hazem Beblaui, que ha propuesto disolver legalmente la hermandad. Ante las protestas, y la represión del gobierno, que en los pasados cuatro días se han cobrado al menos 800 vidas, el Gobierno interino del país ha iniciado una ofensiva diplomática y política en la que busca dotarse de legitimidad en la escena internacional. 

El viernes de la ira -bautizado así por los islamitas- acabó con más de 170 muertes. Al menos 1000 personas fueron detenidas debido a que estaban dentro del la gran asa de manifestantes que arengaban en favor de los Hermanos Musulmanos. El gobierno de Egipto declaró el estado de emergencia el miércoles, y ordenó el toque de queda a las 19.00. Este domingo la capital ha comenzado a recuperar cierta normalidad, en el compás de espera de nuevas declaraciones de Barack Obama y los demás aliados a los que el gobierno egipcio ha rechazado tajantemente.

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