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El Gobierno sin oxígeno

Las miles de personas que marcharon ayer contra 'la repartija' le quitan cancha a una gestión que va rumbo a cuidados intermedios. 

Publicado: 2013-07-23

Entramos al tercer año de Ollanta Humala. La sensación es que la clase política está podrida. Más de ocho mil ciudadanos de diversos movimientos políticos, desde ppkausas hasta Patria Roja, marcharon contra la 'repartija' e hicieron real una semilla de indignación que se viene formando desde décadas atrás.

Al respecto, Juan de la Puente, abogado y periodista, explica: "Han sido días complicados porque no se encontró una ruta legal para rectificar el error del Congreso. Esto ha advertido una distancia entre el poder y la calle, patente en la manifestaciones. Incluso, según las encuestas, solo el 30% de Lima estaba enterado de la elección de la 'repartija'. La indignación tiene que ver con el sentido político de la elección. Hay un sentido de cambios contrainstitucionales que indigna a la gente. Aun cuando el Congreso rectifique, esto va a continuar".

Lo que afirma De la Puente es importante porque las constantes crisis políticas están desgastando no solo al Gobierno, sino al Estado: Fujimori está en la cárcel por corrupto, García es investigado por cientos de narcoindultos y Toledo sigue entrampado en extrañas compras de inmuebles que no logra aclarar. Los tres últimos presidentes carecen de autoridad moral. La ciudadanía está iracunda con la política, con la élite que gobierna al país desde 1990. No hay un objetivo claro. La furia es contra todos.

El polítologo Eduardo Dargent reflexiona: "Ha habido una reacción desde la Confiep hasta la CGTP, desde ppkausas hasta Patria Roja. No solo hay una desconexión de la clase política con la ciudadanía, sino que también esta está pauperizada porque molestó a todo el mundo, de todas las tiendas políticas, a nadie le gustó el arreglo, era de bajo nivel. Víctor Isla no dimensiona la real importancia de esto".

La indignación es generalizada. Una de desazón agría. No necesariamente hay una idea programática, un plan político: es la molestia de la gente sobre cómo se hace política en el Perú.


¿Guardar pan para 28?

El gran desafío del presidente es satisfacer todos los niveles del Estado que le están gritando en la cara. Desde los empresarios, que estarán atentos a las políticas programáticas que debería explicar Humala el 28, hasta los ciudadanos que están hartos del sistema político en su conjuntos.

Dice Dargent: "El presidente necesita abrir su cancha, pero no es muy bueno haciéndolo. ¿Cómo construyes algo ante una demanda de consenso? 28 de julio también le da da oxigeno, un espacio para dar la cara y explicar qué está pasando y dar soluciones. Si lo hace bien, puede lograr un segundo aire. El Gobierno necesita tender puentes, construir alianzas, y buscarlos bajo piedras, porque se va quedando solo. Hace un mes estaba estable y hoy se le ve sin oxigeno".

Agrega De La Puente: "Hay un riesgo de soledad. El principal desafío es ayudar a la crisis del Congreso y garantizar una Mesa Directiva que no sea contraria al ejecutivo. Allí tiene dificultades con su casi exsocio Perú Posible, complicada relación por la investigación de Toledo en el parlamento. La gente valora las políticas sociales de gobierno, pero también hay un reclamo en la línea de atender este bloque de narcotráfico, justicia y delincuencia. El relanzamiento del gobierno está signado por una calle que no solo se expresa sobre cómo se hace política. Hay enormes brechas entre lo que siente Lima y el interior del país. Son agendas diferentes. La aprobación de Humala depende cómo maneja la crisis política, la Mesa Directiva del Congreso y el bloque de gobernabilidad, signado por la delincuencia".

Entonces, Humala, en parte por su inexperiencia y por la falta de los cuadros que fue perdiendo por diferentes presiones, se va quedando sin oxígeno y empieza a saltar pus en cualquier parte del Estado que presiones.

Dice Dargent: "El gabinete carente de políticos. Los únicos con experiencia Ana Jara, y Pedro Cateriano que tiene mayor entrenamiento político, pero ambos ahora son criticados y afectan la imagen del Gobierno, además de las renuncias de los ministros".

Entonces, Humala no solo empieza a sentir complicaciones en un Congreso en pie de lucha, sino también un ejecutivo que se desmorona.

Por eso, De la puente reflexiona: " La mitad de los parlamentarios se han revelado. Tampoco es un negocio ser opositor: el desgaste no está ligado a personas sino a políticas. Nadie capitaliza el descontento y se produce un enorme vacío para la guerra política. No nos quejemos si aparece un outsider pronto".


Escrito por

Jonathan Diez

Periodista


Publicado en

Redacción mulera

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