¿El fin de Rajoy?
El presidente español anunció que comparecerá para dar explicaciones sobre el 'caso Bárcenas' el jueves 1 de agosto ¿Calmará la indignación de la población?
La negativa del presidente español Mariano Rajoy a compadecer sobre el sonado 'caso Bárcenas' no podía durar eternamente. Le llegaron batacazos desde todos los grupos parlamentarios, con aviso de moción de censura incluida por parte de Alfredo Pérez Rubalcaba, secretario general del PSOE. Incluso la prensa internacional hizo de lo suyo: hasta el editorial del diario Financial Times, liberal por excelencia y además británico, pedía al presidente que vaya al Parlamento. Y, finalmente llegó el momento: Rajoy, anunció ayer que comparecerá para dar explicaciones sobre el sonado caso el jueves 1 de agosto.
¿Pero esto es suficiente? La población quiere explicaciones y pide la dimisión del presidente. Ante la incógnita del qué pasará, quizá hallemos algunas pistas en sus declaraciones: el jefe del Ejecutivo ya afirmó que cumplirá con el mandato que le han dado los españoles en las urnas y avisó que si la oposición quiere "jugar a otra cosa" será su "responsabilidad".
Quizá no tenga nada que explicar más allá de lo que la población ya sabe: que su partido pagó 22 millones de euros en sobresueldos a sus dirigentes entre 1990 y 2011 como declaró el extesorero. O que se entregó 90.000 euros al actual presidente del Gobierno y a la secretaria general del Partido Popular (PP), María Dolores de Cospedal, entre 2009 y 2010 sin poder explicar el origen del dinero. O que la actual ministra de Sanidad, Ana Mato, recibió más de 50.000 euros de la "trama Gürtel"- otro de los múltiples casos que salpican al partido - para viajes, artículos de lujo y fiestas de cumpleaños. Por poner algunos de los múltiples ejemplos.
Y es que Rajoy es preso de un preso. Bárcenas, en prisión desde el 27 de junio tras su imposibilidad de justificar el origen de su fortuna de 48,2 millones de euros en cuentas bancarias en Suiza, ha comenzado a abrir la caja de Pandora: ya entregó al juez Ruz el 15 de julio nueve portafolios con documentación almacenada en sus 20 años al frente de las cuentas del partido conservador, admitiendo por primera vez en la sede judicial ser el autor de la contabilidad ilícita del PP - denominada contabilidad B- y contar con un sistema consolidado de cobro de sobresueldos.
Barcenas entregó 90.000 euros al actual presidente del Gobierno y a la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, entre 2009 y 2010.
La receta de corrupción combinada con austeridad, recortes y ayudas a la banca, se enmarca dentro de los planes de aprovechar la crisis para aumentar sus beneficios a costa del bienestar de la mayoría. Pero la paciencia de la mayoría ya está desbordándose. Las encuestas de Metroscopia (El País) de julio reflejan al PP como un barco que está a punto de hundirse. En el hipotético caso de que se celebrasen unas inmediatas elecciones generales, el PP, un partido con mayoría absoluta en el Congreso, conseguiría únicamente el 23% de los votos válidos, situándose tan solo 1,4 puntos por encima del PSOE.
Miles de personas se concentraron la semana pasada frente a las sedes del PP en todo el Estado para expresar su rabia y malestar. Con lemas como “Dimisión”, “No es un Gobierno, es una mafia” y “Fuera, fuera, fuera” se escucharon gritos en todo el país.
Ahora, la plataforma ciudadana Avaaz entregará este miércoles al Congreso más de 210.000 firmas de ciudadanos que piden a Rajoy, que el 1 de agosto diga la verdad sobre el 'caso Bárcenas' y las acusaciones que pesan sobre él y su partido, o directamente presente su dimisión "de manera inmediata" y convoque elecciones anticipadas.
El director de Campañas de Avaaz, Luis Morago, afirma que "el giro de 180 grados" que ha supuesto el anuncio de comparecencia del presidente en el Congreso supone "una clara muestra" del "poder" de la ciudadanía y de la prensa a la hora de "forzar" a los representantes públicos a "rendir cuentas".
Así, aunque considera "una buena noticia" la decisión de Rajoy, el responsable de Avaaz apunta que por sí sola "no garantiza la exigencia de transparencia y responsabilidad política que demanda gran parte de la ciudadanía para atajar la lacra de la corrupción en nuestro país y recuperar así la confianza en las instituciones públicas".
Por ello, y por que los ciudadanos no están dispuestos a "tolerar" otra "mascarada" parlamentaria para "escurrir el bulto", Morago cree que "ha llegado el momento" de que el Gobierno diga "la verdad", depure responsabilidades y lleve adelante acciones "contundentes" para poner fin a esta lacra. "En caso contrario, solo le queda una opción éticamente aceptable al presidente: dimitir y convocar elecciones anticipadas", ha insistido.
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