En el año 1992 estudiantes de la Universidad Enrique Guzmán y Valle, conocida como 'La Cantuta', denunciaron que un profesor y nueve estudiantes habían sido secuestrados y desaparecidos por el grupo paramilitar 'Colina'.

Hace 20 años se hallaron restos de parte de los alumnos y profesores de lo que fue una de las peores masacres ocurridas en el país. Sin embargo, aún no se encuentra a cinco de las diez víctimas de este grupo paramilitar y, a pesar del pedido de los familiares para la exhumación en Cieneguilla, donde en 1993 se encontraron parte de los restos, el sistema judicial no autoriza dicha acción.

Una de las afectadas es Raida Cóndor, madre de una de las víctimas que aún sigue desaparecida y que ha pasado las últimas dos décadas buscando a su hijo Armando, quien en julio de 1992 fue secuestrado del dormitorio universitario junto a otros ocho estudiantes y al profesor de La Cantuta por parte de los miembros del grupo Colina.

Ella denunció este hecho en todas las instancias, demandó, gritó, entre otras acciones y su persistencia, unida a la de familiares de otras víctimas, le permitió alcanzar justicia en el 2009 con la condena del expresidente Alberto Fujimori, quien ordenó los crímenes como parte de su política antiterrorista. Sin embargo, pese a que el expresidente está preso y todos los que tuvieron que ver con el grupo Colina, ella aún no vive en paz ya que no encuentra, hasta ahora, a su hijo.

En julio del año 1993, el Ministerio Público encontró restos humanos en las fosas de Cieneguilla, que resultaron ser de las víctimas de La Cantuta pero ninguno resultó ser su hijo desaparecido. "Había restos quemados y un llavero con una cadena. Gisela reconoció que era de Mariños porque era del centro federado. Las llaves de mi Armando las encontraron después, en un pantalón que estaban analizando en el laboratorio", comentó.

"Una de ellas abrió un candado que mi hijo tenía en su dormitorio de la universidad. No podía creerlo. Después fueron a mi casa y otra llave abrió la reja del edificio. Entonces me convencí de que había muerto. Solo podía llorar", añade la madre de familia del desaparecido alumno a quien, sin embargo, nunca le entregaron nada y cuando fue a preguntar por las llaves, le dijeron que se había perdido todo.

Cóndor añadió que: "La justicia me dio algo de paz, pero no descansaré hasta encontrar a mi hijo. En el juicio de Fujimori uno de los integrantes de Colina dijo que había una fosa en Cieneguilla por abrir. Muchas veces he pedido a los jueces que ordenen su búsqueda, pero hasta ahora no han hecho nada".

Aún faltan más por encontrar

Gisela Ortiz, hermana de una de las víctima plenamente identificadas, Enrique Ortiz, señala que falta ubicar a cinco de las víctimas y que hace un mes, el Ministerio Público suscribió un acuerdo con el Equipo Peruano de Antropología Forense (EPAF) para hacer trabajos de cateo en Cieneguilla. Sólo está pendiente la designación de un fiscal que acompañe el trabajo. 

Mientras tanto, la abogada Gloria Cano advirtió que el caso seguirá abierto en la Corte Interamericana de Derechos Humanos hasta que se cumplan todos los alcances de la sentencia.

"No han pagado las reparaciones ni cumplido con salud ni educación. También está pendiente el juicio a Martin Rivas y otros; y deben agotarse todos los esfuerzos para encontrar a las víctimas", finalizó Cano, abogada de la Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh).

Más información:

Comisión de la Verdad y Reconciliación

Aprodeh

Fuente: La República

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