Como parte de su estrategia opositora, Keiko Fujimori emplazó a Ollanta Humala a no promulgar la Ley de Servicio Civil. De un momento a otro, la hija del exdictador intentó desmarcarse de la tradición fujimorista, y se convirtió en defensora de los derechos laborales. 

"Ollanta Humala, desde el Congreso, su partido le ha dado la espalda a los servidores públicos aprobando la Ley del Servicio Civil (...) ¿Dónde quedó su compromiso con los trabajadores?¿El poder lo ha hecho olvidar sus raíces? ¿Ud. quiere modernizar o copar el aparato estatal? (...) Las reformas sólo son viables con diálogo y confianza. Sr. Humala, todavía está a tiempo de revertir esta situación: NO promulgue la ley!", escribió Fujimori en su cuenta de Twitter.

La postura que la lideresa de Fuerza Popular ha adoptado coyunturalmente, contrasta con los principios de la reforma autoritaria que implementó el gobierno de su padre, Alberto Fujimori, que implicó una ola masiva de despidos -muchos de carácter arbitrario- en el sector público y la precarización de las condiciones de trabajo de millones de peruanos.

No es necesario, sin embargo, regresar a la década de los noventa para identificar las contradicciones del fujimorismo. En 2011, especialistas en derecho laboral advirtieron que el plan de gobierno de la entonces candidata Fujimori mostraba similitud con la orientación del régimen de su padre, al plantear mecanismos de flexibilización laboral para "impulsar" inversiones.

Ahora, Keiko Fujimori pretende ubicarse del lado de los servidores públicos, soslayando que su plan de gobierno de 35 páginas reivindicaba el régimen del exdictador Fujimori, ahora preso por corrupción y violación a los Derechos Humanos. ¿Aceptarán los gremios sindicales su apoyo?