¿Sin tetas no hay paraíso?
La organización Femen genera controversia dentro y fuera del movimiento feminista. Reciente se formó Femen España.
Sabido es que en Europa del Este hay una fuerte red de trata de blancas y que Ucrania es uno de los países más afectados. No obstante, las autoridades muchas veces se hacen de la vista gorda y este delito -el tercer negocio ilícito más rentable- extiende cada vez más sus tentáculos. Entre las diversas organizaciones sociales que buscan combatir esta lacra, surgió el colectivo Femen, que empezó a movilizarse contra las redes de trata de blancas que sacaban a las ucranianas de su país para obligarlas a ejercer la prostitución. En sus primeras acciones públicas aparecieron en sostén, pero luego decidieron quitárselo porque eran conscientes de que así les harían más caso.
Luego de Ucrania, la organización está presente en Francia, en el Magreb (recordemos el caso de la activista tunecina Amina Tyler) y recientemente en España donde ya tiene una decena de adhesiones. Las chicas Femen, admiradas por hombres y mujeres, criticadas por otro tanto, van contra la corriente y así como desenfadadas son sus apariciones, violentas son las represiones que sufren. Conozcamos más de la movida del Femen en España gracias a la periodista Ana Requena Aguilar, quien escribe en ElDiario.es.
Han enseñado sus pechos desnudos para protestar contra la legalización de la prostitución en Ucrania durante la Eurocopa, para denunciar la islamización de Túnez o a regímenes totalitarios como el ruso. Las activistas de Femen han conseguido hacerse un hueco en el movimiento feminista y los medios de comunicación. Pero su forma de protesta genera controversia dentro y fuera del feminismo: ¿No es esta una forma más de cosificar el cuerpo de las mujeres? ¿Es útil su protesta? ¿Significa que a las mujeres solo les queda usar su cuerpo si quieren ser tenidas en cuenta?
"Femen es feminista, bebemos del feminismo antipatriarcal pero las maneras de llevar a cabo las reivindicaciones son diferentes. Se trata de devolver territorio político a las mujeres mediante una cosa que está profundamente politizada como es su cuerpo, manifestar a las instituciones que las mujeres tienen poder sobre su cuerpo y que ellas mismas deben gestionarlo", reflexiona Lara Álcazar, fundadora de Femen España. Lara lanzó hace pocas semanas el llamamiento para que las mujeres que quisiesen se unieran al grupo. A día de hoy ya son doce las componentes de Femen España, aunque muchas más se han interesado por la organización.
"El dilema reside fundamentalmente en mostrarse o no mostrarse", resume Lara que, consciente de la polémica sobre el uso del cuerpo, reivindica su apropiación por parte de las mujeres para usarlo como herramienta de protesta. "Desde que entré en la universidad estoy en contacto con el feminismo, sobre todo con la teoría queer y el postfeminismo, pero al final ves que queda a nivel teórico. Cuando te quieres sumar a un activismo feminista práctico, real, de acción directa, como pueden ser las accciones de Greenpeace, no hay nada, solo Femen. Es un método que está funcionando y que no excluye otras formas de protesta", asegura.
Para la escritora y feminista Beatriz Gimeno, el cuerpo de las mujeres está tan cosificado que las acusaciones de que las acciones de Femen lo cosifican no tienen sentido. "Es proponer darle otro uso al cuerpo, que es un terreno de lucha y que se puede usar como arma para señalar y reivindicar", dice. También Rosa Cobo, directora del Centro de Estudios de Género y Feministas de la Universidad de A Coruña, subraya que Femen ha decidido apropiarse de sus cuerpos "como herramienta política". "El cuerpo ha sido históricamente sexualizado para uso y disfrute masculino, y ellas consideran que pueden hacer un uso distinto de él, como una herramienta de las mujeres para poner en evidencia las estructuras patriarcales", apunta Cobo, que cree que fue esa utilización del cuerpo lo que en un principio desoncertó al movimiento feminista, alerta sobre el uso que se hace del cuerpo de las mujeres.
La propia Lara Alcázar admite que sus reivindicaciones son genéricas, aunque basadas en la defensa de los derechos humanos y de las mujeres. "Subrayamos problemas, nuestra función no es ir al Gobierno con un taco de folios a plantear una reforma de una ley", dice Lara, que sí señala algunas de sus reivindicaciones más fuertes, como la denuncia de regímenes opresores, de la influencia de las religiones en la política y la vida de las mujeres, y de una industria del sexo que considera a las mujeres un objeto más de consumo. Y estas son, al fin y al cabo, reivindicaciones clásicas del feminismo.
Precisamente, algunas feministas musulmanas han criticado la acción de Femen en Túnez como un intento de imponer una visión occidental del feminismo. "Entendemos que debe ser duro para muchas de ustedes, feministas blancas coloniales, creer que las mujeres musulmanas así como las de color tienen su propia autonomía y pueden luchar y hablar por sí mismas. Estamos orgullosas de ser musulmanas y cansadas de su basura racista y colonial, disfrazada de 'Liberación Femenina'", escribía un grupo de mujeres musulmanas.
¿Es cierto que solo salen cuerpos delgados y chicas guapas? "En absoluto. Ni todas somos pijas ni perfectas", responde Lara, que menciona el caso de una integrante de Femen Ucrania que tiene 64 años y de otras cuyos cuerpos no responden al típico canon de belleza actual. "El objetivo es que todas las mujeres estén visibilizadas. Precisamente buscamos que nos liberemos de las presiones para que las mujeres sean de una determinada forma, pero tampoco queremos que nadie se torture si es delgada. Cada mujer es como es y no debe vivir esclavizada por eso".
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