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Turquía: entre la amenaza y la conciliación

Primer ministro turco volvió a arremeter contra los manifestantes tras ofrecer celebrar un referéndum sobre el futuro del parque. 

Publicado: 2013-06-13

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, se debate entre la dureza y la conciliación.  Hoy, el mandatario ha vuelto al tono de amenaza contra los ocupantes del parque Gezi de Estambul, tras tender ayer la mano y ofrecer celebrar un referéndum sobre el futuro de esa zona verde, que para muchos ha sido un mero gesto para calmar los ánimos.

Después de esa "marcha atrás", anunciada tras reunirse con un grupo de artistas, intelectuales y manifestantes, el jefe del gobierno volvió a pisar el acelerador y a arremeter contra los manifestantes, entre los que, denunció, hay miembros de grupos "extremistas" y "terroristas".

Hizo incluso una "última advertencia" a los miles de manifestantes, insinuando una nueva operación de represión policial contra el que ya es el parque más famoso de Turquía.

"Insto a la gente joven del parque Gezi. Han depositado sus demandas. Hay allí extensiones de organizaciones ilegales, que no son sinceras. No se dejen os dejéis atrapar por ellas. Abandonen ese lugar", dijo Erdogan en Ankara.

"Hemos llegado al final de nuestra paciencia. Hago esta advertencia una última vez. Insto a los padres: ocúpense de sus hijos", agregó el primer ministro.

Desconfianza

Muchos manifestantes no creen en la posibilidad de una consulta y consideran el anuncio de Erdogan como mera táctica para calmar los ánimos sin dar nada a cambio. En todo caso, no está claro cuándo y cómo se celebraría el referéndum, cuya legalidad tampoco está fuera de duda.

El primer ministro no se cansa de destacar que cuenta con el apoyo de la mitad de la población y que ese respaldo le autoriza a realizar cualquier proyecto urbanístico anunciado antes de las elecciones.

El gobierno no enfrenta solo críticas de la oposición secular y de la clase media que apoyan las protestas, sino también un creciente malestar en la Unión Europea, que rechaza el "uso excesivo de la fuerza" por parte de la Policía turca.

Ante esta situación, algunos analistas consideran que tras la convocatoria del referéndum, el primer ministro debería cancelar las grandes marchas que ha convocado de sus seguidores para calmar la situación.

Otros aseguran que lo esencial será el lenguaje que Erdogan use ante sus partidarios para evitar una mayor crispación en el país.

Pero las declaraciones de hoy parecen ser un presagio de que el primer ministro turco está lejos de querer solucionar la mayor crisis de sus diez años de gobierno mediante el diálogo.




Escrito por

Tamara Lasheras

Politóloga, amante de la música y el buen vino. Buscando formas distintas pero posibles de hacer las cosas.


Publicado en

Redacción mulera

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