ya acabó su novela

Siria, una guerra cada vez más sectaria y violenta

Mueren 23 miembros de Hizbulá en la ofensiva de Al Quseir, según activistas

Publicado: 2013-05-20

Los combates por el control de la estratégica localidad de Al Quseir se intensifican, tras la ofensiva lanzada por el régimen sirio y milicianos del grupo chií libanés Hizbulá contra este bastión rebelde. El resultado: Al menos 23 miembros de la milicia chií murieron ayer en la ofensiva lanzada sobre la localidad, informó hoy el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.


El grupo destacó, en un comunicado, que se registraron también 70 heridos entre las filas de Hizbulá, aliado del régimen, durante los combates que libraron contra los rebeldes sirios para recuperar el control de esa estratégica ciudad de la provincia de Homs (centro).


Los insurgentes precisaron que alrededor de cincuenta proyectiles por minuto cayeron sobre la localidad, cercana a la frontera con el Líbano y ubicada entre Damasco y los feudos del régimen de la costa mediterránea.


Al Quseir es blanco desde hace días de los ataques de las tropas gubernamentales y los combatientes de Hizbulá, que -según medios locales- lograron ayer tomar el control del ayuntamiento y restauraron la seguridad en la zona.


Este es solo un ejemplo de la situación que vive el día a día sirio.  Mohammed Abdel Aziz, un activista de 24 años, preso del régimen sirio del presidente Bachar el Asad, fue detenido a finales de febrero y  llevado a la sede de la Inteligencia militar tras despojarlo de todo lo que llevaba. Se trató de su tercer arresto desde el inicio del conflicto hace más de dos años, así que Aziz ya sabía lo que le esperaba, según contó a el diario El País el mes pasado en Raqqa. 


Pasó varios días con otros 10 presos en una celda de unos cuatro por cuatro metros sin apenas agua ni comida. Además, recibió palizas mientras lo interrogaban por medio de descargas eléctricas, le ataban los tobillos, alzaban sus piernas y le apaleaban las plantas descalzas.


Esta situación ha sido corroborada por la organización pro derechos humanos Human Rights Watch (HRW), quien tuvo acceso a las sedes de los servicios de Inteligencia de Gobierno en Raqqa.


"Los documentos, celdas, salas de interrogatorio e instrumentos de tortura que vimos en las instalaciones de seguridad del Gobierno casan con las torturas que antiguos presos nos han descrito desde el inicio de las revueltas en Siria", afirmó Nadim Houry, vicedirector para Oriente Medio de HRW.


En lo que podría ser un indicio de lo que ocurriría si cayera el Gobierno de El Asad, Raqqa se convirtió en la primera gran ciudad del país tomada y controlada por los diferentes grupos rebeldes: el ELS, varias milicias islamistas moderadas y el Frente al Nusra, radical y aliado con Al Qaeda. 


Sin embargo, la alegría de muchos de sus habitantes por la "liberación" de la ciudad, tal y como la describían hace unas semanas, ha dado paso a una situación mucho más compleja y peligrosa. La guerra es cada vez más sectaria y cruel.


Mientras los aviones del Gobierno disparaban ocasionalmente contra zonas civiles, dejando muertos en bombardeos, han aparecido vídeos en los que un grupo rebelde islamista radical ejecuta sumariamente a tres supuestos representantes del régimen. Los rebeldes, que se presentan como el Estado Islámico de Irak y de la Gran Siria, un grupo que habría surgido de la unión de Al Nusra y Al Qaeda en Irak, disparan en la cabeza a tres hombres en una plaza de Raqqa. 


Según los islamistas, sería como represalia por la matanza de suníes unos días antes en la localidad de Baniyas, en el oeste del país y de mayoría alauí, la secta chií del presidente El Asad. Por su parte, los rebeldes están formados en su mayoría por suníes.


La cruel guerra se materializa en el número de sirios refugiados en las naciones vecinas. Ya se han superado el millón y medio, denunció el pasado viernes el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), aunque puntualizó que la cifra real es mucho mayor de la registrada oficialmente.


La guerra se inició en marzo de 2011 tras la respuesta violenta del régimen a una serie de manifestaciones mayoritariamente pacíficas, en las que miles de personas exigían reformas democráticas al Gobierno.


Con información de Efe, El País, HRW



Escrito por

Tamara Lasheras

Politóloga, amante de la música y el buen vino. Buscando formas distintas pero posibles de hacer las cosas.


Publicado en

Redacción mulera

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