Dieciséis horas de fuerte aguacero durante el del fin de semana en la capital china, Beijing, dio lugar a una inundación masiva que afectó a casi 2 millones de personas y cobró la vida de 37 . Los daños de la catástrofe han causado indignación en las redes sociales que critican la insuficiencia de los mecanismos de alerta y de drenaje en la capital.

Vea a continuación parte de un fotoreportaje de Foreing Policy que refleja la situación vivida en Beijing:

Un ciclista en una de las calles inundadas de Beijing transita luchando con la lluvia el 21 de julio. Un equipo de expertos sobre los recursos hídricos afirmó que más del 80% de las carreteras de la ciudad están cubiertas con materiales impermeables que impiden que el agua de lluvia penetre en el suelo, acelerando la inundación, informa Xinhua.

Una mujer cruza una calle inundada durante las fuertes lluvias en Beijing. Li Haiyan, profesor de ingeniería civil en la Universidad de Beijing, informó que casi el 50% de los tubos de drenaje de la ciudad están bloqueados con el sedimento, según Xinhua.

Un agricultor con agua hasta la cintura en su finca inundada cerca de Chongqing. El municipio se encuentra en el nexo de los ríos Yangtsé y el río Jialing, cuyos niveles aumentaron casi tres pies y medio durante la tormenta.

Un hombre comprueba el estado de un puente dañado el 23 de julio tras la tormenta del fin de semana. El Christian Science Monitor informó que al menos 31 carreteras y puentes en Pekín se derrumbaron a causa de la inundación.

Al menos seis personas murieron en Beijing después de haber sido atrapados en el derrumbe de  estructuras.

Los trabajadores de Beijing intentan salvar las tablas de las casas destruidas el 23 de julio. Los daños ocasionados por las inundaciones suponen decenas de millones de dólares en pérdidas.

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